El apellido Kennedy no es cualquier cosa. Es un símbolo, para los estadounidenses en particular. También es verdad que es un apellido ligado a la tragedia, con dos impactantes muertes en directo que millones de personas presenciaron en su momento o en décadas posteriores por reposiciones motivadas por algún acontecimiento. Estos hechos tuvieron lugar además en los agitados años sesenta. Por lo tanto conforman una combinación explosiva y carne de ficción basada en hechos reales.
Si Oliver Stone hizo una pormenorizada investigación para explicar cómo fue asesinado John Fitzgerald Kennedy en la magnífica J.F.K.: Caso abierto (1991) con un reparto espectacular y que también contaba el asesinato de Bobby Kennedy, el director John Curran se centra en su último filme en un incidente que implicaba a otro de los hermanos, Ted, en El escándalo Ted Kennedy.
Situada la acción en 1969 y con la "llegada del hombre a la luna" como acontecimiento paralelo en off, la película se centra en el accidente de coche que el miembro del famoso clan tuvo de noche en la isla Chappaquiddick (por otro lado, título original del fillme) al caer al agua acompañado por una asistenta en su campaña como presidente, Mary Jo Kopechne, en el que él sobrevivió y ella murió.
El director de El velo pintado (2006), una gran adaptación de la novela de W. Somerset Maugham, centra su atención en varios aspectos. Si un servidor tuviese que destacar uno es el peso del apellido Kennedy para el protagonista, ya que la muerte de sus hermanos, sobre todo de Bobby, está muy reciente y muchas de las personas que se reúnen con él en la mencionada isla lo conocían o habían trabajado con él, incluida Mary Jo.
En el filme tiene mucho peso la relación de Ted con el patriarca, Joseph Patrick Kennedy, en silla de ruedas y casi sin poder hablar pero que tiene un par de escenas que el veterano Bruce Dern borda, donde se confirma la inferioridad que siente Ted con respecto a John, Bobby y Joseph Jr (el primogénito y fallecido durante la Segunda Guerra Mundial). Ese sentimiento le lastra así como la constante mención de sus hermanos. Por todo ello el accidente supone otra carga más en su vida y un corte radical de sus aspiraciones como presidente.
Ted está interpretado por el actor australiano Jason Clarke de manera muy creíble, muy metido en el personaje y bien caracterizado además. El coprotagonista junto a Helen Mirren de Winchester (dirigida por los hermanos Spierig y estrenada este año) hace una gran composición emocional donde la culpa le martillea incesantemente y se impone el deber que le dicta su conciencia (y un migo cercano, todo hay que decirlo).
La película tampoco se corta a la hora de mostrar la manera de maquillar el incidente de cara a los medios de comunicación y a los ciudadanos, potenciales votantes de Ted. En ese sentido una escena con los asesores para lograr eso y las conexiones e influencias en las altas esferas con favores comprometidos conforman el corazón de una película que coprotagoniza una espléndida Kate Mara, ya que aprovecha sus escenas de manera ejemplar.
El filme es fiel en el sentido de la ambigüedad de los hechos que corresponden con la investigación real. ¿Pudo salvar Ted a Mary Jo? ¿La dejó morir? ¿Tenían una relación sentimental? Un servidor cree que nunca lo sabremos pero lo que sí puede afirmar es que El escándalo Ted Kennedy es una película con un buen ritmo narrativo, que no aburre y que sirve para poner en imágenes un incidente del que un servidor reconoce que desconocía, así como la figura de Ted Kennedy.
Como curiosidad, y ahondando en la idea del destino trágico de la familia, un servidor se quedó de piedra al saber que la isla Chappaquiddick donde ocurre el accidente de coche está junto a Martha's Vineyard, la zona donde se estrelló el avión en el que viajaba John John Kennedy junto a su mujer, Carolyn, y la hermana de ésta, Lauren. Todos ellos murieron en 1999 en el mencionado accidente. ¿Son casualidades? ¿El destino se ceba con este poderoso clan? Otro gran misterio.
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