Dos de las últimas películas que he visto recientemente, "El Gatopardo" (Luchino Visconti, 1963) y "Regreso a Howard's End" (James Ivory, 1992) tienen en común el estar basadas en dos novelas, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa y E.M. Forster respectivamente, que además leí poco tiempo antes de ver dichas películas. Pues bien, al visionar estas dos excelentes películas y muy bien adaptadas, me di cuenta de algo en lo que, hasta ahora, no había caído o, mejor dicho, no había reflexionado: para todo espectador, el ver una película basada en un libro, si éste se ha leído antes y si la adaptación es bastante fiel, no supone ninguna sorpresa con respecto a la historia leída, puesto que está reflejada de principio a fin en la pantalla. Por lo tanto, estos espectadores, para disfrutar de la película, tendrán que fijarse en otros aspectos de la misma, como la ambientación o la interpretación de los actores. Pero claro, en cuanto a la historia, saben ya cómo acaba, y, por lo tanto, ya la ven en el cine o la televisión, sin el factor sorpresa de qué van a ver. Otro asunto es que se sea un verdadero seguidor de los libros y al ver las películas se echen en falta cosas que sí estaban en la historia concebida por el escritor, algo que pude constatar en un pase de la película de Harry Potter estrenada el año pasado, "Harry Potter y el misterio del príncipe" donde auténticos fans se quejaban de que faltaban muchas cosas y se habían cambiado otras. Algo similar ocurre con las películas de la saga "Crepúsculo" o "El señor de los anillos" para mí bastante fieles independientemente de la calidad cinematográfica. Estos temas me dan pie a resaltar algunas películas bastante buenas dividiéndolas en dos grupos: Por un lado estarían las que se basan en un libro, manteniéndose bastante fieles a éste, grupo en el que incluyo "El nombre de la rosa" (Jean Jacques Annaud, 1986), basada en la novela de Umberto Eco, y cuya ambientación es espectacular, y "L.A.Confidential" (Curtis Hanson, 1997), historia que recupera el antiguo cine negro americano basada en el libro de James Ellroy. En otro grupo incluiría películas muy buenas sin ser totalmente fieles a sus respectivas novelas, incluso cambiando cosas o introduciendo escenas no incluidas en la historia literaria: "Carrie" (Brian de Palma, 1976) y "El Resplandor" (Stanley Kubrick, 1980). Las dos películas que menciono tienen en común estar basadas en sendas novelas del mismo autor, Stephen King. De las dos, puedo decir que "Carrie" supera a la novela ampliamente,cambiando bastantes cosas, pero que la favorecen como entretenimiento cinematográfico, sobre todo en su tramo final, simplemente brillante, eso sí, que se abstenga de verla todo el que no sea aficionado a las películas de terror. Para terminar daré un consejo que a mí, personalmente, me ha servido: si se va a ver una película basada en un libro que ya se ha leído, que haya pasado un tiempo entre la lectura y el visionado, para no tener tan presente la historia original. Ahora, si se es verdadero fan del libro, las comparaciones serán inevitables.
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