El Teatro Lope de Vega de Sevilla acogerá desde el martes 24 hasta el domingo 29 de enero la representación de una de las obras más famosas del teatro clásico universal, El Avaro, de Molière. Su protagonista, Harpagón, estará encarnado por Juan Luis Galiardo, quien asume, además, la labor de productor. El actor presentó la obra en una rueda de prensa que no tuvo desperdicio gracias a su don de palabra y desgranó diversos aspectos de esta obra francesa de 1668 que viene representando desde 2010, llegando a las 240 representaciones.
El actor de San Roque destacó que la obra "se ha hecho con un gran esfuerzo, ya que se trata de una compañía de 26 personas, para hacer una función de campaña escolar". Esta es una de las grandes novedades, ya que va a haber una representación para jóvenes estudiantes, de 14 a 18 años, concretamente el miércoles a las 11:30 horas con posterior coloquio con los responsables de la misma, por lo que se trata de una función didáctica.
La adaptación, en palabras del actor "ha suprimido las subtramas que Molière se veía obligado a escribir, ya que en aquella época (el siglo XVII), él trabajaba con una compañía estable con más de 20 actores y tenía que escribir papeles para todos, aunque lo hacía con fundamento. La obra dura una hora y treinta y cinco minutos".
El equipo técnico está integrado por profesionales españoles y de otras nacionalidades, empezando por el director de la obra, el franco argentino Jorge Lavelli, una elección motivada, señaló Galiardo, "porque conocía muy bien a Molière, ya que necesitábamos una mirada muy francesa, aunque el adaptador (Jose Ramón Fernández) es español, pero el director consideró que esa aportación nos iba a permitir una gira internacional, antes de la crisis. Por eso se escogió a Francesco Zito para el vestuario, las luces de Roberto Traferri y la música de Zygmunt Krauze, uno de los músicos más importantes de la nueva hornada".
Sobre su personaje, Harpagón, el intérprete declaró haber hecho terapia "sobre tres conceptos: el nepotismo de poder, la cólera y la avaricia y cada día salgo mejor después de la representación".
La presencia de El Avaro en la cartelera teatral sevillana es una oportunidad única de disfrutar de un texto clásico y de un veterano de la escena, Juan Luis Galiardo, que aportará su saber hacer, además, en la segunda temporada de una de las series revelación del año pasado, Gran Hotel. Así que, anímense y vengan a ver El Avaro de Molière.
FOTO: ALEJANDRO RECHE SELAS
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| Juan Luis Galiardo, Harpagón en El Avaro de Molière |
La adaptación, en palabras del actor "ha suprimido las subtramas que Molière se veía obligado a escribir, ya que en aquella época (el siglo XVII), él trabajaba con una compañía estable con más de 20 actores y tenía que escribir papeles para todos, aunque lo hacía con fundamento. La obra dura una hora y treinta y cinco minutos".
El equipo técnico está integrado por profesionales españoles y de otras nacionalidades, empezando por el director de la obra, el franco argentino Jorge Lavelli, una elección motivada, señaló Galiardo, "porque conocía muy bien a Molière, ya que necesitábamos una mirada muy francesa, aunque el adaptador (Jose Ramón Fernández) es español, pero el director consideró que esa aportación nos iba a permitir una gira internacional, antes de la crisis. Por eso se escogió a Francesco Zito para el vestuario, las luces de Roberto Traferri y la música de Zygmunt Krauze, uno de los músicos más importantes de la nueva hornada".
Sobre su personaje, Harpagón, el intérprete declaró haber hecho terapia "sobre tres conceptos: el nepotismo de poder, la cólera y la avaricia y cada día salgo mejor después de la representación".
La presencia de El Avaro en la cartelera teatral sevillana es una oportunidad única de disfrutar de un texto clásico y de un veterano de la escena, Juan Luis Galiardo, que aportará su saber hacer, además, en la segunda temporada de una de las series revelación del año pasado, Gran Hotel. Así que, anímense y vengan a ver El Avaro de Molière.
FOTO: ALEJANDRO RECHE SELAS
Alejandro, me gustan estas noticias teatrales por varias cosas, una porque ejerces tu oficio de periodista, otra porque nos informas y la tercera porque le das vidilla al teatro. Que no decaiga.
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