lunes, 15 de diciembre de 2014

"Canción de Navidad": La gestación de un sueño teatral

Una de las grandes satisfacciones personales en esta vida es la de cumplir un sueño que se anhelaba durante mucho tiempo. El actor Néstor Barea lo ha logrado con la adaptación teatral que ha escrito y dirigido e interpretado de Canción de Navidad de Charles Dickens, primer montaje de su Compañía Teatrasmagoria. Lo ha logrado con la complicidad de su mujer, la escenógrafa Mar Aguilar, y de amigos como los actores Nacho Bravo, Alicia Moruno y Gina Escánez, todos ellos vinculados a Teatro Clásico de Sevilla. Canción de Navidad es el plan perfecto para estas fechas y podrá verse en el Teatro Alameda de Sevilla del 17 al 21 de diciembre y en la Sala La Fundición del 26 al 30 de diciembre y del 2 al 4 de enero. 

El Rinconcillo de Reche ha charlado con Néstor Barea, Mar Aguilar, Alicia Moruno y Nacho Bravo para que nos hablen de los pormenores de esta obra para toda la familia y nos han adelantado su próximo proyecto.
Un servidor con los artífices de Canción de Navidad. Alejandro Reche Selas
Pregunta: ¿Cómo surge Teatrasmagoria y por qué ese nombre? 

Néstor Barea: Surge porque llega la crisis y te encuentras que has trabajado como actor veinte o veinticinco veces en un solo año. Como tengo la suerte de que mi mujer es escenógrafa un día hablando ella me dijo: "Ya que el trabajo no viene ¿Por qué no buscamos algo y lo hacemos?". Y yo le dije que desde siempre había querido montar Canción de Navidad. Fue todo una cadena de acontecimientos porque Alicia me llamó en el verano del 2012 para montar junto con Gina y Nacho una compañía para hacer espectáculos en la calle para contar leyendas de Sevilla, y pensé que, ya que tenía la idea del relato de Charles Dickens ¿por qué no desarrollarla con ellos? y pensé en el elenco y en el reparto de personajes. El nombre de Teatrasmagoria viene de "Teatro" y "Fantasmagoría" que significa "ilusión creada por un juego de luces y sombras". Quería un nombre raro, algo para que, dentro de tres años, no nos puedan confundir con otra compañía.

P.: ¿Cómo plantea durante el proceso de creación el montaje, de una manera clásica o introduciendo algún elemento nuevo?

N.B.: Mi ilusión era plasmar la idea que yo tenía desde niño, ya que una de las películas que se han hecho adaptando la historia la he visto muchas veces. He metido algunas frases recordando la película. La dificultad era trasladar a escena momentos de la historia en las que había cuarenta personajes. Lo que hice fue enfocar escenas desde una perspectiva donde hubiese menos personajes pero que contasen lo mismo que esa escena más numerosa.

Mar Aguilar: Néstor tenía la idea muy clara de que quería que los niños de ahora conociesen la historia tal como la concibió Dickens y que los padres que la han leído lo vea reflejado en el escenario, que conozcan el cuento tal y como es.

P.: Y demostrar que, a pesar del tiempo transcurrido desde que se publicó, tiene una vigencia absoluta...

N.B.: Y más aún con la vida que llevamos actualmente, porque habla de valores humanos como el amor o la generosidad y son temas universales.

Alicia Moruno: De hecho la historia contiene una gran enseñanza: el que alguien se dé cuenta de que es feliz haciendo feliz a la gente de su alrededor.

M.A.: Queremos que la gente se dé cuenta que estamos perdiendo lo que existía antes de los ordenadores, los móviles e Internet. En la historia Scrooge tiene a su sobrino totalmente abandonado porque está totalmente centrado en su dinero, y es su familia. Se vuelve  feliz cuando se abre al mundo y a los demás y da lo que tiene.

P.: Centrándonos en el trabajo con los actores, una de las características en la interpretación de Nacho Bravo de Scrooge es el tono de voz que pone ¿Cómo trabajó con él eso?

N.B.: El trabajo lo hizo él. Tenía que interpretar a un anciano. Él empezó primero con gestos y posturas y luego dio él solo con la voz. Fue probando con un tono y otro hasta que llegó a la que se escucha en la función.

Nacho Bravo: Yo fui probando voces, consultándolo con Néstor. Ha habido muchas pociones para no hacerme daño. Eso depende del caso, si hago una sola función al día puedo echar el resto, pero si hago dos el mismo día, me contengo un poco para cuidar mis cuerdas vocales y seguir haciendo las funciones. Lo que sí me especificó Néstor es que tenía que ser una voz desagradable.

P.: En el caso de Alicia, aparte de interpretar a varios personajes, tiene un trabajo muy físico como en La Estrella de Sevilla...

A.M.: Yo soy una actriz de cuerpo. También de texto pero he hecho mucho deporte y baso los personajes en animales. En La Estrella de Sevilla era una especie de rata y en Canción de Navidad el Fantasma del Pasado se mueve como una cucaracha.
Nacho Bravo y Alicia Moruno. Emilio Morales

N.B.: También fue trabajo de ella pero surgió del concepto del Fantasma del Pasado, el cual lleva un vestuario que hace ruido. Y Mar creó un vestuario que, al moverse el personaje hacía como el ruido de viento, de plástico. Cuando lo planteamos pensamos que ese personaje podía basarse en los fantasmas del cine japonés reciente, como The Ring. Aprovechando sus habilidades físicas, Alicia, en un ensayo, empezó a moverse de una manera y me hizo darme cuenta de que eso era lo que quería.
A.M.: También se jugó con el factor de que el personaje de Gina del Fantasma del Presente, era gigante. Entonces, cuanto más pequeño fuese el del Pasado, más grande sería el de ella jugando con el contraste.

P.: Hablando de aspectos técnicos, el vestuario de Mar Águilar es un elemento fundamental y llamativo. Son además muy diferentes entre sí ¿Cómo los concibió?

M.A.: Sabíamos que el Fantasma del Futuro iba a ser una sombra, con una tela negra que lo cubre. El Fantasma del Pasado, como ha dicho Néstor, se ha inspirado más en algo que se moviese rápido, como el viento, que aparece y desaparece, por eso se usa un plástico muy fino que, al moverse hace como el ruido del viento. El Fantasma del Presente, en contraposición con el del Pasado era un gigante al que le cuesta moverse y va pisando fuerte. Está inspirado en la Naturaleza. El pasado es etéreo y el presente tiene su peso.

N.B.: En el cuento original el Fantasma del Pasado se representa como una luz o una llama. Incluso lleva un sombrero como si fuese una vela y se despide apagándose. En un principio Alicia iba a llevar una serie de luces pero se cambió el concepto de la novia ajada, abandonada y triste, que tiene incluso telarañas. Y el gigante el personaje iba rodeado de comida pero se transformó en un ser de la Naturaleza bondadoso que al mismo tiempo es amenazador.
Néstor Barea y Nacho BravoEmilio Morales

P.: Al ver la obra conseguir transmitir diversas emociones como la inquietud previa a la aparición del primer Fantasma o tristeza como la muerte del pequeño Tim...

N.B.: En el cuento Scrooge sube unas escaleras y está realmente asustado a pesar de cómo es. Plantear eso junto con los cambios de vestuario del personaje era complicado pero se llegó a la idea de que se cambiase detrás del escenario, mientras el Fantasma va por otro lado. La muerte de Tim siempre me ha causado mucha tristeza, al escribirlo lloré y en el escenario me tengo que secar las lágrimas porque, también soy padre, y me emociono de verdad cuando acaba la escena. Creo que es una parte esencial en la obra porque es el momento previo al verse Scrooge muerto y se dice "Tengo que hacer algo" y queríamos tocar el corazón del espectador.

A.M.: En esta obra jugamos con algo muy delicado, los niños. Lo interesante es que la historia tiene que transmitir miedo pero no atemorizar. Por ejemplo, el personaje de Marley es de los primeros que aparece. Tiene la cara descolgada y cecea, por lo que podía dar más miedo desde el principio. Y se ha trabajado para que los niños vean la función sin que salgan corriendo.

N.B.: No hemos tenido problemas de niños que salgan asustados. Salen por el contrario encantados y los padres alucinan. Los mayores ven un poco más allá de lo que trata realmente la historia. Hacemos teatro familiar. Los niños lo ven a un nivel, riéndose, y los padres a otro. No ven muñequitos sino una historia con una serie de tesituras en la que hemos conseguido que tanto a niños como a adultos les atrape lo que contamos.

M.A.: Yo pienso que la obra está planteada de una manera muy dinámica. Te pone triste una escena y al momento suena una canción y te cambia el chip. Son muchos espacios diferentes y el esfuerzo del espectador para entender todo lo que pasa hace que no se aburra. Son tantas situaciones y personajes junto con muchos cambios rápidos y eso hace que la gente esté muy pendiente.

Nacho Bravo: La obra es muy rápida pero en la parte del Futuro cambia. De repente aparecen personajes como los truhanes, las dos cabezas parlantes, esas especies de brujas. Todo en el momento previo a que Scrooge se dé cuenta de que está muerto y en ese momento, que lo veo desde fuera, creo que los niños disfrutan mucho.

P.: En la Compañía trabajáis personas que os conocéis muy bien. Ese factor facilita  el trabajo ¿no?

N.B.: Yo confieso que sin el apoyo de Mar en el arranque y posteriormente de los actores no hubiese podido sacar adelante este proyecto. Yo trabajo con mi mujer y mis amigos. Y en el proceso hemos tenido discusiones pero nos queremos mucho. Gracias a la complicidad entre todos hemos trabajado muy bien. Sin ser amigos yo no les hubiera podido pedir estar tanto tiempo ensayando. 

Nacho Bravo: En el momento que empezábamos estábamos mal laboralmente porque el volumen de trabajo bajó mucho y yo me he embarcado con Néstor porque es amigo, y además lo disfrutamos. Para mí fue un reto, ya que nunca había hecho teatro infantil.

A.M.: También tiene mucho que ver la ilusión con que Néstor te plantea el proyecto. Te lo cuenta de tal manera que vas con él al fin del mundo. A mí, además, es un tipo de literatura que me encanta. La amistad y la pasión han sido básicos.

Nacho Bravo: Cuando trabajas con gente que no conoces hasta que llega el momento de comenzar el proceso hay un tiempo para adaptarse. En este caso ese período no ha existido y ha sido muy fácil trabajar.

N.B.: Es el primer montaje que dirijo y yo no me considero director. Yo hago este proyecto porque estoy con ellos. Una vez empezado se podía trabajar a gusto, haciéndonos bromas, y proponiendo cosas sin pensar que pueda molestar. Ha sido un proceso muy positivo.

P.: Precisamente ese nivel de confianza habrá hecho que la aportación de ideas haya servido para sumar al resultado final de la obra...

N.B.: Yo tengo claro lo que quiero pero ellos me han aportado mucho. Hubo discusiones durante el proceso de creación pero al final han sido para bien y han ido en beneficio del espectáculo.

A.M.: Han sido crisis crisálida, donde al final ha salido algo bonito, como una mariposa.

P.: ¿Tienen algún título pensado para que en el futuro sea el segundo montaje de la Compañía?

N.B.: Sí, además podemos decir el título porque ya se está trabajando en él y está avanzado el trabajo con el texto y la escenografía. Se trata de El fantasma de Canterville de Oscar Wilde. Es otro texto que me gusta desde siempre. De nuevo es una historia que va más allá del fantasma. Habla del materialismo y lo malo que puede ser el materialismo y la falta de sentimientos, porque los protagonistas pasan del fantasma. Es una obra muy divertida y, además, el autor se cree de los americanos que no creen en nada, su nihilismo.

El relato de Oscar Wilde, el nuevo proyecto
P.: ¿Y en algún momento se han planteado hacer una historia de terror para adultos?

N.B.: En mi cabeza está porque hay auténticas maravillas que se pueden llevar al teatro, pero la línea de Teatrasmagoria es montar obras de fantasmas infantiles, que hay muchas, aunque esa posibilidad no la descarto. Me atrae mucho llevar a escena La máscara de la muerte roja junto con otros relatos de Poe. Lo haríamos fuera de Teatrasmagoria.

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