domingo, 14 de diciembre de 2014

Dos horas de pura diversión

                                 CRÍTICA TEATRAL: EL EUNUCO

Risas y  efusivos aplausos. Es lo que se oye con total merecimiento todo el tiempo en el Teatro Lope de Vega de Sevilla durante la representación de El Eunuco, una de las obras de la temporada sin lugar a dudas desde su estreno en la ultima edición del Festival de Mérida, otro acierto más en la espléndida labor que hace por el teatro Jesús Cimarro, donde se llevó el Premio Ceres del Público. Desde entonces ha encandilado por donde ha pasado y no es para menos.

Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez, responsables de, entre otras, Mitad y mitad, han adaptado libremente una obra que Terencio estrenó alrededor del año 161 a.C. y la jugada les ha salido redonda. El Eunuco es una jugosa mezcla de vodevil y musical donde la acción no decae en ningún momento. Un cubo desmontable es lo único que se utiliza como elemento escenográfico, pero es que no hace falta más, ya que la obra se asienta en unos diálogos vertiginosos con constantes juegos de palabras (en parte por los originales nombres de algunos personajes) que dan lugar a logrados momentos de malentendidos y revelaciones de índole familiar, amoroso y sexual.

Todas estas cualidades que tiene el texto escrito por Sánchez y Gómez están maravillosamente llevadas a escena por un elenco de ensueño. Para el que escribe esta crítica fue una gozada ver en escena cómo hablaban, corrían, cantaban y bailaban nueve actores a los que se les da momento para lucirse y, más que eso, deslumbraron con su talento y energía.

Ha de confesar un servidor que, de los nueve, sólo había visto en teatro a un miembro del elenco, Marta Fernández-Muro, concretamente junto a Verónica Forqué, Miguel Rellán, Juan Díaz y Alba Alonso en la deliciosa La abeja reina de Charlotte Jones que el maestro Miguel Narros estrenó precisamente en Sevilla en el año 2009. Por lo tanto fue una gran oportunidad de ver a ocho actores geniales por primera vez en el escenario.

Anabel Alonso en el papel de Thais está pletórica El principio, contando sus experiencias pasadas y sus pensamientos con respecto a las relaciones sexuales y el poder adquisitivo de los hombres con los que ha estado y está es un aperitivo para lo que se verá posteriormente. La popular actriz hace un alarde interpretativo mostrando sus dotes innatas para la comedia y vestida, además, sensualmente. Le acompaña en el escenario su actual "hermano" televisivo en Amar es para siempre, Pepón Nieto, ambos en un registro totalmente distinto que da fe de la versatilidad de ambos. Nieto interpretando a Fanfa es un espectáculo en sí mismo. Sus reflexiones, dudas sexuales y una particular manera de hablar hacen disfrutar al público de una actuación memorable.

Por su parte Alejo Sauras está espléndido como Lindus el "eunuco" que se convierte en múltiple objeto de deseo. A sus grandes dotes interpretativas se suma un atlético físico que justifica la razón de ser tan deseado.

Una gran sorpresa fue María Ordóñez, Premio Ceres de la Juventud en el Festival emeritense. Su interpretación de Pánfila, con una ilimitada capacidad para darle a la sin hueso, es un auténtico disfrute. Por otro lado Antonio Pagudo, como Fedrias, el pretendiente con poco poder adquisitivo de Thais, es un derroche de comicidad y dramatismo, al no ser correspondido como él quisiera.

Y para sorpresa la de Jordi Vidal como Pelotus, uno de los que dan más juego con su nombre junto con Cilindro, interpretado por Eduardo Mayo, en un rol que va de menos a más, Pánfila o Filipa (genial Marta Fernández-Muro).
Uno de los momentos corales de la función. Jero Morales
Volviendo al personaje que Vidal interpreta, destaca un secreto amoroso oculto en lo más hondo de su corazón que saca a relucir en una actuación musical que pone los pelos de punta por su torrente de voz

Precisamente la parte musical, a cargo de Asier Etxeandía y Tao Gutiérrez y las espléndidas coreografías de Chevi Muraday son otras de las bazas de El Eunuco. Jorge Calvo, Vidal y Pagudo se lucen en sus respectivos números musicales, al igual que el reivindicativo tema femenino a cargo de Anabel Alonso, María Ordóñez y Marta Fernández-Muro o el número colectivo final, un colofón a una obra con la que el público se lo pasó en grande, por lo cual desde este blog me despido con un GRACIAS, así con mayúsculas por hacernos pasar una noche inolvidable y, sobre todo, divertida.      

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