viernes, 31 de julio de 2015

Con Aristófanes y a lo loco

                        CRÍTICA TEATRAL: LA ASAMBLEA DE LAS MUJERES

Los textos clásicos, como creo haber dicho alguna vez, tienen en su atemporalidad uno de sus grandes valores. El Festival de Mérida ofrece estos días una buena ración de comedia con la versión que Juan Echanove dirige de La asamblea de las mujeres y que estará en cartel hasta el 9 de agosto. La obra que estrenó Aristófanes hacia el año 392 a.C. demuestra en manos de Echanove y Bernardo Sánchez, autor de la versión, tener una modernidad absoluta sobre todo con lo que está cayendo actualmente, con unos diálogos que dan a diestro y siniestro, lanzando sutiles dardos a la situación política y económica.
Pastora Vega, Concha Delgado, María Galiana y Lolita. Jero Morales
El montaje se beneficia de una acertada música de Javier Ruibal y de una escenografía muy simbólica de Ana Garay acorde con lo expuesto anteriormente: Los actores pisan una moneda de grandes dimensiones realzando la idea de que el dinero mueve el mundo, al igual que el sexo, como se demuestra en otro tramo de la obra. Sin perder de vista a Aristófanes se ha apostado por el humor en todas sus vertientes: sutil, picante, desenfadado y con homenajes a frases célebres, dramaturgos griegos, y una de las obras maestras de Billy Wilder, la cual pueden intuir cuál es por el título de esta crítica.

Juan Echanove, quien se ganó todos mis respetos como director tras ver en Sevilla Conversaciones con mamá, sabe sacar partido del plantel de los nueve actores con los que ha contado para llevar buen puerto este montaje. En este sentido hay que decir que todos cumplen con creces su cometido y están muy bien vestidos por Garay y Rafael Garrigós.

Centrándonos en las interpretaciones, Lolita ha sido una grata sorpresa interpretando a la líder Praxágora. Su soltura en el escenario es absoluta y sus diálogos están dichos con fuerza y garra, demostrando que es una actriz como la copa de un pino, algo que ya  intuí desde que la vi junto a Lina Morgan en la célebre serie Hostal Royal Manzanares. La seguridad de su personaje y sus argumentos es una de las bazas de la obra, demostrando, desde el principio, que sabe lo que ha de hacerse y cómo llevarlo a cabo.
Lolita, magnífica Praxágora. Jero Morales  
Praxágora es la artífice de un ingenioso plan para que se imponga un gobierno femenino que desestabiliza a los hombres, en especial a su marido, Blépiro, interpretado magistralmente por Pedro Mari Sánchez, que demuestra su veteranía en los escenarios y, concretamente, en Mérida, donde ha actuado en varias ocasiones desde que en 1984 protagonizase Electra junto a Ana Marzoa, Encarna Paso y, cosas del destino, Juan Echanove. Su personaje sufre una transformación interior y exterior motivada por los acontecimientos que se van sucediendo, pasando de la incredulidad y la burla por las medidas impuestas por su mujer, a la estupefacción, lo cual le hace tomar una drástica y cómica decisión para el público. El protagonista de La Gaviota, El Público, La vida es sueño o Divinas palabras puso sobre el escenario su gran paleta de recursos interpretativos para contribuir al disfrute del público que abarrotaba el Teatro Romano emeritense y que le vio cantar, bailar, reír y pasárselo en grande en el escenario.

Por su parte, Sergio Pazos arrancó carcajadas a los espectadores con su interpretación de Cremes, uno de los personajes más representativos de la actualidad y que al que el actor gallego dio vida con gracia y desparpajo tanto en su escena con Pedro Mari Sánchez como con el ciudadano interpretado por Bart Santana, cuya situación no deja de poner el dedo en la llaga en la mencionada sátira política y económica que se hace en este montaje.
 Los geniales Pedro Mari Sánchez y Sergio Pazos. Jero Morales
También destacó el conjunto interpretativo que conformaron Pastora Vega, María Galiana y Concha Delgado, derrochando humor y sensualidad sobre todo en el segundo papel de las tres que hacen junto a un convincente Santiago Crespo, todo un descubrimiento por su calidad como actor y por la sorpresa de la identidad de su personaje y el golpe de inspiración que tiene en la escena con Vega, Delgado y Galiana, la cual sorprendió con unos diálogos desinhibidos.

Luis Fernando Alvés crea una cómica escena homenaje con Pedro Mari Sánchez que se redondea con un remate a ritmo de chirigota el cual realza el aire de fiesta que supone este montaje de La asamblea de las mujeres, que puso al público en pie porque cumplió con creces su cometido: Entretener y que el tiempo pasase volando.   

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