miércoles, 21 de marzo de 2018

"Tomb Raider": Muy buen reinicio

Las películas basadas en videojuegos no siempre han dado los resultados esperados. Trasladar historias de este campo no es tarea fácil por todo el universo que los rodea si hablamos además de sagas. Un servidor ya advierte de antemano que esta crítica de Tomb Raider está basada en lo que ha visto en la sala de cine, ya que ni ha jugado a ninguna estrega del videojuego ni ha visto las anteriores entregas cinematográficas que protagonizó Angelina Jolie en 2001 y 2003, por lo que no va a haber comparaciones.

Como espectador, para empezar, que un reboot, como es el caso de esta nueva Tomb Rider, no sea uno más, se agradece. La historia tiene consistencia, acción y, sobre todo entretiene. Se ve que los guionistas han mezclado ingredientes lo suficientemente atractivos tomando como base otro videojuego de la saga que salió al mercado hace cinco años. Una sorpresa para un servidor ha sido también la pericia del director noruego Roar Uthaug, en su quinto filme, a la hora de planificar y rodar las escenas de acción (muy deudoras de los videojuegos, sobre todo en lo referente a saltos, persecuciones o resolución de enigmas) y dotar de solidez a una historia personal que puede resultar muy vista. 

Esta nueva Tomb Rider no esconde la deuda que tiene con la saga Indiana Jones, ya que no dejan de tener razón los que consideran a Lara Croft una versión femenina del personaje que interpretó (y seguirá haciéndolo por lo que se ha anunciado recientemente) Harrison Ford, ya que tienen puntos de conexión, el principal, la arqueología y la búsqueda de algo mítico. Otro ejemplo de esa semejanza es que Tomb Raider tiene momentos que recuerdan a En Busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981) e Indiana Jones y la última cruzada (Steven Spielberg, 1989) pero tiene toda la pinta de estar buscados, de hecho esta película se podría haber subtitulado perfectamente En busca de la tumba perdida.

Uthaug parece que, además, se ha entendido a las mil maravillas con Alicia Vikander. A esta gran actriz sueca a un servidor lo ha cautivado interpretando a Lara Croft como ya hizo en La chica danesa (Tom Hooper, 2015) donde se complementaba genialmente con Eddie Redmayne y ganó un merecidísimo Oscar por ello, aunque ya destacaba en Un asunto real (Nicolaj Arcel, 2012) junto a Mads Mikkelsen. Su mirada es muy expresiva y físicamente lo da todo. Es una de las actrices más completas de la actualidad que se mueve genial en otros géneros, como la ciencia ficción, como demostró en Ex Machina (Alex Garland, 2014) o el cine de espionaje, en Operación U.N.C.L.E (Guy Ritchie, 2015). Vikander, sin haber cumplido aun los treinta años, demuestra con Tomb Raider que el futuro es suyo.

Del resto del reparto, muy equilibrado, destacan Dominic West interpretando al padre de Lara y motor de la historia. Demuestra la solidez que ya apuntaba en sus inicios con El sueño de una noche de verano de William Shakespeare (Michael Hoffman, 1999) y que consolidó en filmes como Chicago (Rob Marshall, 2002) o 300 (Zack Snyder, 2006) además de la serie de culto The Wire y al que se vio recientemente en la nominada al Oscar  y Palma de Oro en Cannes The Square (Ruben Östlund, 2017). El villano de turno lo interpreta a la perfección Walton Goggins familiar para los seguidores de Quentin Tarantino ya que ha trabajado con él en Django desencadenado (2012) y Los odiosos ocho (2015), además de una amplia carrera televisiva que incluye las series The Shield o Hijos de la anarquía.

Por último siempre es un placer ver al veterano Derek Jacobi en pantalla así como a la elegante Kristin Scott Thomas en un personaje breve pero importante con sorpresa incluida de cara a futuras secuelas.

En el apartado técnico un servidor destaca la música del compositor holandés Tom Holkenborg, conocido también como Junkie XL, con créditos en su carrera como Mad Max: Furia en la carretera (George Miller, 2015), Deadpool (Tim Miller, 2016) o La liga de la Justicia (Zack Snyder, 2017). La música logra encajar en cada momento y acompaña muy bien la acción y los momentos de intriga.

Tomb Raider habla de dos búsquedas: la de un padre y la de una tumba, por lo que combina el sentimiento con la acción y la intriga muy hábilmente, con la búsqueda de la segunda como momento cumbre por todo lo que conlleva entre trampas, maldiciones y acertijos. Un cocktail, bien elaborado y bien mezclado para los amantes de la aventura pura y dura que tiene todos los puntos para ser una nueva saga con muchos seguidores (al menos un servidor así lo ve). Ah, y no se pierdan los gráficos de los créditos finales, muy buenos.  

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