jueves, 31 de mayo de 2018

"Disobedience": Indifference

Un servidor siempre ha creído que, peor que el aburrimiento, es la indiferencia. Que algo no te produzca ningún tipo de sensación, buena, mala o la que sea. Pues eso ha ocurrido viendo la película Disobedience, de la que un servidor salió como entró, como si hubiese visto llover durante casi dos horas, de ahí el título de la crítica, en inglés también en consonancia con la inexplicable no traducción del de la película.

El nuevo filme del director chileno Sebastián Lelio, tras la premiadísima Una mujer fantástica (Oscar incluido) tiene como base una novela escrita por la británica Naomi Alderman y supone su gran salto internacional, con una pareja protagonista potente como son las actrices Rachel McAdams y Rachel Weisz con una historia de amor fuera de las normas de una estricta comunidad judía. Todo lo expuesto daría para una gran película pero, en la humilde opinión de un servidor, no lo ha sido ni de lejos.

La historia de una joven (Weisz) que abandona momentáneamente su vida en Nueva York al enterarse de la muerte de su padre, el rabino de la comunidad, y su reencuentro con un antiguo amor (McAdams) casada ahora con un amigo común tenía muchas posibilidades pero la fría manera de contarla (lo cual es potenciado por la fotografía de Danny Cohen) hace que el castillo de naipes no se sostenga. Lo peor de todo es que esa sensación se tiene durante todo el metraje.

Lelio muestra los rituales judíos con una actitud contemplativa y parece interesarle más ese mundo, que es muy condicionante, dicho sea de paso, para el comportamiento de los personajes, que la pareja protagonista, donde McAdams brilla más que su compañera. La protagonista de El diario de Noah (Nick Cassavetes, 2004) expresa muy bien lo integrada que está en las costumbres del entorno en el que vive, con relaciones íntimas con su marido que han caído en la más absoluta rutina y que están como mecanizadas. 

Por su parte, Weisz, ganadora del Oscar por El jardinero fiel (Fernando Meirelles, 2005) y que el año pasado ya la vimos en un personaje enigmático gracias a Mi prima Rachel, dirigida por Roger Michell, demuestra una sobriedad que compensa con los destellos de rebeldía que no puede evitar expresa cuando le aprietan las tuercas sobre lo que significa llevar una vida normal

El ambiente opresivo de la comunidad se manifiesta en tensas secuencias que en ocasiones se tornan innecesarias, únicamente para mostrar, como se ha mencionado antes, que Weisz es el elemento discordante, porque con breves apuntes hubiese quedado todo explicado. Además el guión es previsible porque una vez que las dos mujeres se vuelven a ver se sabe que la chispa tiene que surgir, pues ni eso, porque el esperado encuentro íntimo está rodado de tal manera que roza lo inverosímil sin transmitir pasión por ningún lado y eso que las actrices están entregadas pero de nuevo el director es el que manda.

Por otro lado, el espectador, conociendo por breves detalles el pasado de los personajes que forman este peculiar triángulo, suele empatizar con las dos mujeres, de ahí que el comportamiento y las reacciones ante diversas situaciones sean desconcertantes, y el final, que un servidor omite, ya es de traca, porque la esperanza se diluye por la incongruencia con la escena justo anterior a él. 

Disobedience es una película con pretensiones de trascender y transgredir, de ahí que Lelio haya optado por una novela que ubica la historia de amor en el contexto ya mencionado, pero, una vez visto los acontecimientos, y desconociendo el desarrollo de la obra de Alderman, parece que se ha querido agitar un avispero para quedar todo en nada. Por lo tanto es una película que se queda en tierra de nadie y que ni siquiera logra emocionar en las escenas potencialmente dispuestas para que eso ocurra. Una última pregunta ¿a qué viene tanta peluca?

4 comentarios:

  1. Muy de acuerdo, Ale, la verdad es que ha sido una ocasión perdida por Lelio, porque materia prima había, pero no ha sabido exponerla adecuadamente. Creo que los cinéfilos, tras la interesante "La mujer fantástica", estábamos deseando de que acertara en su salto al cine internacional, pero me temo que no ha sido así. Un abrazo.

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    1. Como bien dices una ocasión perdida, porque creo que ese salto lo ha hecho con un poco de vértigo. No todo el mundo sale airoso de rodar en un idioma que no sea el propio, lo cual también conlleva acercarse a una cultura distinta. Veremos si con el remake se quita la espina. Un abrazo, amigo

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  2. Vaya, pues tenía ganas de verla. Pero bueno, será por películas.
    Un saludo

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    1. Siempre animo a la gente a ver una película porque puede que le guste, mi experiencia es sólo una, saludos

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