jueves, 30 de agosto de 2018

"Siempre juntos (Benzinho)": La familia unida...

Este verano en la cartelera se ha podido disfrutar de dos películas procedentes de Brasil pero un servidor ha tenido una situación especial: La segunda que se estrenó, Como nuestros padres (Laís Bodanzky, 2017) la vio primero y la que centra esta crítica el 3 de agosto. No es costumbre que un servidor haga una crítica de una película que se estrenó hace varias semanas pero como se ha mantenido en cartel y ha sido una grata experiencia su visionado, se hace esta excepción.

Siempre juntos (Benzinho) es una coproducción entre Brasil y Uruguay precedida por excelentes críticas y muy buenas impresiones en festivales como Sundance o Málaga donde triunfó. Una vez vista se entiende el éxito. Es una película donde las situaciones cotidianas tienen una gran relevancia porque están muy bien contadas y reflejadas sin artificios. Es, por otro lado, un filme familiar en dos sentidos porque una familia numerosa centra la trama focalizando la atención en la matriarca y por otro lado los lazos familiares existen delante y detrás de las cámaras.

Esta película es la segunda dirigida por el cineasta Gustavo Pizzi, quien firma el guión junto a su mujer, Karine Teles, la cual encarna a la madre protagonista, y los hijos gemelos que aparecen son los de este matrimonio en la vida real. Además Pizzi se reserva un papel breve pero importante en la trama, muy burocrático.

Centrando el interés en el día a día de la mencionada familia compuesta por un matrimonio y cuatro hijos varones, ésta aumenta con la llegada de la hermana de la mujer y de su hijo tras sufrir un episodio de violencia por parte del marido, un tema que se trata frontalmente a pesar de lo delicado que es y que sirve para mostrar otro ejemplo de la unidad de la familia protagonista. El espectador presencia, además, una particular cuenta atrás, la de los días que le quedan a la madre para estar con su hijo mayor, un adolescente portero de un equipo de balonmano al que se le ofrece la oportunidad de competir en un equipo alemán.

El director pone el acento en los pequeños detalles para mostrar a una familia que es una piña y, se adapta a los contratiempos y son felices con lo que tienen aunque desean mejorar, como es lógico. Escenas como las de las salidas de la casa por una ventana al no poder abrirse la puerta o los hermanos bañándose felices o cuidando los unos de los otros en ausencia de los padres son ejemplos de esa cotidianidad impregnada de felicidad a pesar de que las cartas vengan mal dadas.

Karine Teles es el pilar de la película interpretando a la mencionada matriarca toda una superviviente nata y muestra sus sentimientos y su energía de una manera arrolladora, siendo el apoyo de todos y un ejemplo de superación al dar a conocer que ha estado estudiando y ha conseguido graduarse, siendo una mujer luchadora e inasequible al desaliento.

Del reparto, aunque todos están muy bien y, sobre todo muy creíbles un servidor destacaría al joven actor Konstatino Sarris dando vida al hijo adolescente que volará del nido en breve. Su naturalidad destaca para interpretar a un chico que está muy integrado en la familia, no tiene esa rebeldía que lleva al desapego y las miradas madre e hijo son impagables.

Siempre juntos (Benzinho) habla de temas importantes como es el hacerse a la idea de una ausencia, de lo que los padres son capaces de hacer por los hijos o de los esfuerzos por intentar llevar una vida mejor. Es una película de la que se sale con un mensaje muy positivo y que da ganas de abrazar a tus seres queridos, porque se sabe que en ellos se encontrará siempre un apoyo incondicional. Todo ello lo logra una película hecha desde el corazón y que llega al de los espectadores.

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