Harry Potter, el joven mago protagonista de siete novelas que se convirtieron en un fenómeno y salido de la imaginación de la escritora J.K. Rowling, tuvo un traslado al cine que repitió el éxito literario lanzando a la fama a sus jóvenes protagonistas: Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint. A esto se añadió, a lo largo de las ocho películas que se hicieron, el desfile por ellas de maravillosos actores británicos, como Maggie Smith, Emma Thompson, Alan Rickman, Imelda Staunton, Helena Bonham Carter, Kenneth Branagh, Jim Broadbent, Ralph Fiennes, Gary Oldman, John Hurt, Timothy Spall, David Thewlis o Julie Christie.
Pues bien, ese éxito animó a Rowling a seguir estirando el chicle escribiendo guiones originales sobre la historia de Newt Scamander, autor de uno de los libros que se estudian en la escuela de magia Hogwarts. El título del libro es el genérico para un proyecto de cinco filmes y que, además, titula el primero, Animales fantásticos y dónde encontrarlos (2016) dirigido por David Yates, lo cual parece lógico puesto que, dirigió desde la quinta entrega de Harry Potter, La Orden del Fénix (2007) hasta la última entrega de la saga: Las reliquias de la muerte. Parte 2 (2011).
Esa primera aventura, ambientada en los años 20 en Nueva York, fue un filme entretenido que sirvió para la presentación de personajes, como el propio Scamander, con los rasgos del talentoso y brillante Eddie Redmayne, que aterrizó en esta nueva saga tras las maravillosas Los Miserables (Tom Hooper, 2012), La teoría del todo (James Marsh, 2014), por la que ganó el Oscar al Mejor Actor, y La chica danesa (Tom Hooper, 2015), por la que fue nominado. También nos presentaba al villano de esta nueva historia, Grindelwald, un Johnny Depp que durante la mayor parte del filme estaba "disfrazado" de Colin Farrell, o a un misterioso joven, Credence, que despierta un interés por tener algo especial, con los rasgos de Ezra Miller, The Flash en las películas recientes de DC comics.
Tras el éxito de esta película se ha estrenado su continuación, Animales fantásticos. Los crímenes de Grindelwald, de nuevo con Yates dirigiendo. Esta película cuenta, de nuevo, con una buena fotografía de Philippe Rousellot, ganador del Oscar por El río de la vida (Robert Redford, 1992), un acertado vestuario de la cuádruple ganadora del Oscar Colleen Atwood (el último precisamente por la citada primera película de esta nueva pentalogía), así como unos logrados efectos especiales.
Los crímenes de Grindelwald tiene un guión con aspectos positivos y negativos, ganando los primeros a los segundos, porque si bien hay historias y personajes que, bajo un punto de vista personal, aportan poco, como la ya conocida Tina (Katherine Waterstone) en esta nueva entrega Redmayne se ve mucho más seguro interpretando a Newt Scamander que en la anterior película, Johnny Depp hace un gran villano sin histrionismos, se conoce finalmente la verdadera identidad de Credence y conocemos al hermano de Newt, Thesseus, encarnado por Callum Turner.
Pero por lo que un servidor ha disfrutado en esta ocasión más es por la mayor presencia de elementos que ya conocíamos de la saga Harry Potter, con un curioso flashback donde vemos a Newt de alumno en Hogwarts junto a Leta Lestrange, interpretada por Zoë Kravitz.
Además, el fichaje de campanillas de esta entrega es, sin duda, el magnífico Jude Law, como un joven Albus Dumbledore, personaje que en la saga Harry Potter tuvo el físico de Richard Harris y Michael Gambon. Law hace un personaje que hace guiños al que el espectador conoció ya de anciano, añadiendo el matiz de la confesa homosexualidad del personaje por boca de Rowling y que ciertas miradas a un personaje la hacen entrever. El actor, quien se comió interpretativamente hablando a Matt Damon en la lograda El talento de Mr. Ripley (Anthony Mighella, 1999) o hizo un genial Doctor Watson acompañando a Robert Downey Jr, como Sherlock Holmes, en la reformulación de los personajes creados por Arthur Conan Doyle en los dos filmes dirigidos por Guy Ritchie en 2009 y 2011, despliega su talento en el filme que presenta a un personaje ya conocido y que tendrá, es de prever, un mayor desarrollo y protagonismo que en esta segunda película.
Animales fantásticos. Los crímenes de Grindelwald expande su acción a Inglaterra y Francia y sienta las bases para una historia que promete más intensidad en posteriores entregas, pero donde la magia, las relaciones sentimentales y las familiares (y el dolor por la pérdida de éstos) siguen siendo las reinas argumentales. Con Law y el mayor protagonismo de Depp el filme que nos ocupa gana enteros en comparación con el anterior aunque no tenga un guión equilibrado en su totalidad. Que la fantasía continúe.
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