Si hay algo de lo que están impregnadas todas las células del parisino Louis Garrel es de cine. Lo ha vivido desde que nació. Su familia se dedica a ello abarcando distintas facetas: Su abuelo, el actor Maurice Garrel, su padre, el director, guionista y director Philippe Garrel, su madre, la actriz y guionista Brigitte Sy, su tío, el productor Thierry Garrel y su hermana, la actriz Esther Garrel. Se ha criado en un mundo cinéfilo absoluto respirando el ambiente de, entre otras influencias, la Nouvelle vague, siendo hasta ahijado de Jean-Pierre Léaud, el actor fetiche de François Truffaut.
Todo esto hizo que el joven al que comenzó a dirigir su padre siendo un niño, que saltó a la palestra como un huracán gracias a Soñadores (Bernardo Bertolucci, 2003) y se convirtió, por ejemplo, en actor fetiche de Christophe Honoré, demostrase con el paso de los años que no tenía miedo a nada y ha mostrado sus inquietudes y versatilidad en varios campos del séptimo arte.
Como intérprete hace papeles muy dispares: desde el que encarnó en Saint Laurent (Bertrand Bonello, 2014) que destilaba sensualidad sólo con la mirada, hasta sus caracterizaciones como Jean-Luc Godard en Mal genio (Michel Hazanavicius, 2017) o de Robespierre en el filme histórico coral Un pueblo y su rey (Pierre Schoeller, 2018), prestando incluso su voz a un filme de animación nada infantil como Funan (Denis Do, 2018), además de trabajar con casi todos los miembros de su familia citados.
Hace cuatro años, tras tres cortometrajes, se estrenó su ópera prima Los dos amigos, que coescribió con Honoré y coprotagonizó junto a Vincent Macaigne y su ahora ex mujer Golshifteh Farahani. Era un filme donde se le veían buenas intenciones pero que no cuajaba del todo, aunque se le veía que apuntaba unas maneras en cuestión de narración que en su siguiente filme detrás y delante de las cámaras, Un hombre fiel, indica que ha depurado bastante.
En esta ocasión ha coescrito el guión (premiado en el pasado Festival de San Sebastián) junto al legendario Jean-Claude Carièrre, fundamental colaborador de los filmes franceses de Luis Buñuel y guionista de los últimos filmes de Philippe Garrel, L'ombre des femmes (2015) (donde de nuevo Louis Garrel colaboraba, siendo el narrador) y Amante por un día (2017), que protagonizaba Esther Garrel. Además Carrière también ha dejado su sabiduría en el guión de la especial Van Gogh, a las puertas de la eternidad (Julian Schnabel, 2018), en la que se escuchaba de nuevo la voz de Louis Garrel.
El actor francés dirige y protagoniza una historia corta (75 minutos), al estilo de las de su padre, donde la falta de pretensiones y la sencillez narrativa y de puesta en escena hace que una peculiar historia de vaivenes afectivos y amorosos tenga un visionado nada soporífero con personajes que reaccionan con una sorprendente actitud.
La historia comienza con el anuncio de una mujer (Laetitia Casta) a su pareja (el propio Garrel) de que está embarazada del mejor amigo de él. Teniendo por ejemplo, como referente grabado en la mente, la reacción del personaje de Dustin Hoffman en Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979), cuando su mujer (Meryl Streep) le abandona, no deja de ser curioso que el personaje de Garrel acepte la situación sin ningún aspaviento de contrariedad y vuelve con ella cuando el amigo fallece tras ocho años sin verse.
Un hombre fiel podría mostrar unos personajes inverosímiles, pero, viendo el tono realista de la película, un servidor cree que Garrel quiere mostrar la naturalidad con la que se afrontan contratiempos inesperados y apela a la bondad del ser humano. Cuando la hermana del fallecido entre en acción enamorada del personaje de Garrel se da otra vuelta de tuerca bien resuelta por cómo está contada la historia y un servidor no pudo evitar recordar lo que las actrices de Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999) decían sobre la película del cineasta español: que lo más raro ocurre en la vida y que la virtud del director era mostrar situaciones atípicas como lo más natural del mundo.
En Un hombre fiel ocurre lo mencionado y se añaden la ironía y las sorpresas, donde se nota la mano de Carrière en el guión ya que con Buñuel dejó momentos imborrables y surrealistas en títulos como Belle de jour (1967) o la ganadora del Oscar El discreto encanto de la burguesía (1972).
El filme contiene unos personajes con sus dosis de sorpresas, como ya se ha dicho, pero tratados con mimo: en opinión de un servidor ni el personaje de Garrel es un pelele ni las mujeres las malas de la función. Todos actúan con sinceridad. La vida depara cosas inesperadas y nunca deja de sorprender ni se termina de conocer a las personas. Así que los personajes de este filme tienen una receptividad positiva ante lo que se les dice, por lo cual transmite un mensaje de tolerancia y de la posibilidad de convivir de manera armoniosa ante lo que nos pone la vida por delante.
Garrel no hace alarde de exhibición física ni de sí mismo ni de los personajes femeninos, rueda planos bellos, sobre todo de su mujer Laetitia Casta, con unos encuadres en los que la actriz deslumbra con su hermosa expresividad. También llama la atención la naturalidad y buen hacer de los más jóvenes del reparto: Lily-Rose Depp, hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis que fue nominada al César, y el niño al que da vida Joseph Engel, quien da lugar, a través de un humor negro muy marcado, a las situaciones más hilarantes, además de dar una lección a los mayores de la rentabilidad que se le puede sacar a un teléfono móvil.
Situaciones inesperadamente cómicas sobre la orientación sexual de un personaje o relacionadas con la causa de la muerte del padre del niño se entremezclan con otras emotivas como la escena final y que demuestra cómo alguien ausente puede estar muy presente en las vidas de las personas.
Un hombre fiel es una carta de amor al cine con el que creció Louis Garrel, acentuada por la preciosa música de Philippe Sarde, mezcla de temas propios y de algunos filmes de los años setenta y donde se acentúa además el papel del destino en el amor y en la vida, que lleva a la gente a lugares inesperados. Todo rodado sin estridencias ni alardes de grandeza, porque Garrel es consciente de la larga carrera que tiene por delante y eso se traduce en pasos dados con tiento.
Tengo ganas de ver este film, es de esas pelis pequeñas que uno sabe que puede tener un contenido más que interesante y lleno de matices.
ResponderEliminarUn saludo
Pues lo cierto es que fue una agradable sorpresa por todo lo que explico en la crítica (que, lógicamente, no digo de nuevo para no repetirme). Muchas gracias, siempre, por tus comentarios. Saludos
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