domingo, 31 de mayo de 2015

Alberto Iglesias: "Los personajes de 'Cuarteto' juegan para soportar el tedio de la vida"

Alberto Iglesias demuestra con cada paso que da en su carrera que es un actor brillante. Sigue de gira con El largo viaje del día hacia la noche, donde borda su personaje, Jamie Tyrone, junto a Mario Gas, Vicky Peña, Juan Díaz y María Miguel y, además, se encuentra a pocos días de estrenar una nueva obra de teatro. Se trata de Cuarteto, del dramaturgo alemán de referencia Heiner Müller, donde se mete en la piel de Valmont, el famoso personaje de Las amistades peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos, que mantiene un mano a mano con Merteuil, el otro personaje clave y malvado de la citada novela epistolar del siglo XVIII, al que da vida Antonia Paso, dirigidos por Pablo Rivero Madriñán. El montaje se estrenará el póximo 5 de junio en LaZonaKubik de Madrid donde se podrá ver también los días 6 y 7. La semana siguiente el montaje se podrá disfrutar en Nave 73 los días 10, 11, 17 y 18 de junio.
Alberto Iglesias                                                                                 Moisés Fernández
El Rinconcillo de Reche habló con Alberto Iglesias, un torrente de profesionalidad y simpatía, para hablarnos de diversos aspectos de Cuarteto, la gira de la obra de O'Neill y de su participación en dos potentes series en fase de rodaje, pasen y lean.

Pregunta: Si no estoy mal informado, ya tuvo un primer contacto con Cuarteto en 2007...

Alberto Iglesias: Esta obra la hicimos en la RESAD Antonia Paso y yo con Pablo Rivero Madriñán como director, pero fue un trabajo de fin de curso que, por decirlo de alguna manera, no lanzamos al mercado, pero nos quedamos  con un buen sabor de boca y estuvimos buscando algún hueco para retomarla. Ahora algo ha cambiado porque, tras estos ocho años que han pasado, ninguno de los tres somos los mismos de entonces.

P.: Cuarteto se centra en Valmont y Merteuil, dos personajes míticos de la literatura, pero el público que vaya a ver la obra no verá una representación de Las amistades peligrosas, de donde ambos proceden...

A.I.: No, claro. Una de las cosas que decía Heiner Müller, el autor de la obra, es que él destruye todo lo que le obsesiona. También lo hace con Hamlet, cuando concibe Máquina Hamlet o cuando hizo Medea Material. En Cuarteto toma a Valmont y a Merteuil pero el público ve una obra totalmente original, tomando como referencia la novela epistolar de De Laclos. Con estos personajes hace un juego perverso en el que se habla del amor, la muerte, la pasión, la lascivia, el compromiso. Es un texto absolutamente moderno. Lo que pretendemos es que los espectadores entiendan que estos dos seres están aparentemente solos en un búnker, en los años previos a la Revolución Francesa o en el fin de la civilización, y los dos juegan interpretando a otros personajes para, entre otras cosas, soportar el tedio de la vida.

P.: La obra supondrá algo especial para aquellos espectadores que sepan el final de Valmont y Merteuil en la novela ¿no?  

A.I.: Sí, se divertirán mucho porque lo que hace Müller es un juego magistral desentrañando de Las amistades peligrosas todo lo que hay que a él le interesa pasado por su mano y por su ingenio, con un lenguaje poético a la vez que duro e hiriente. No es una obra de teatro al uso. Los personajes son complejos y el público se va a poder acercar al universo de Müller, un hombre clave en la literatura contemporánea.
Iglesias en Cuarteto. Carlos Bandrés
P.: ¿Cómo se ha preparado para meterse en la piel de Valmont? ¿Ha tomado otros referentes teatrales o cinematográficos?

A.I.: Yo me nutro, cada vez que voy a interpretar un nuevo personaje, de lo que tengo delante, en este caso el texto de Müller. Ése es mi principal punto de referencia. Luego intento encontrar lo que hay de mí en Valmont según la lectura que hago pensando en lo que yo le puedo aportar al personaje. No he querido ver la película de Las amistades peligrosas para no pensar en John Malkovich y hacer mi propio Valmont. Por cómo lo hemos afrontado se puede decir que es un Valmont bastante humano, entrado ya en una cierta edad y que se da cuenta de que esa vida lujuriosa ya no le satisface y decide emprender otro camino.

P.: Claro porque a Valmont siempre se le ha retratado como alguien movido por sus bajos instintos, pero en Cuarteto está en otro momento... 

A.I.: Totalmente, esa forma de vida ya no le aporta satisfacción, es más, le produce dolor e intenta cambiar. Uno de los logros del montaje cuando lo hicimos hace ocho años fue que la gente que lo vio nos llegó a decir: "He entendido Cuarteto". Consideramos que es una buena crítica a nuestro trabajo porque el público entendió a los personajes, lo que les pasa, se emocionaron con ellos y lo que vieron les hizo reflexionar.

P.: Por lo que está contando en esta obra llegamos a entender y tener una visión diferente de dos personajes que inician un juego en el que dejan víctimas a su paso...

A.I.: Sí, ése es uno de los aciertos de Müller. Al estar tan obsesionado con los personajes investiga lo que quieren y desean, la razón de sus fracasos, porque, al fin y al cabo, son dos fracasados emocionales, les cuesta amar y comprometerse y se amparan en el juego que puede ser peligroso en un momento determinado, y eso es muy bonito para el actor.

P.: ¿Cómo ha sido el trabajo de dirección de Pablo Rivero Madriñán?

A.I.: Él se ha basado en el trabajo de los actores, rodeándose de una estética lo más poética  posible intentando buscar un espacio entre dos épocas. Ha habido un intenso trabajo de análisis para sacar todo el jugo a las motivaciones de los personajes. A su vez, se ha trabajado mucho para clarificar y que se entienda bien el juego perverso de dos fieras como son Merteuil y Valmont. También se busca la complicidad con el público y meterlo en la historia, con cosas que van directamente a ellos.

P.: Un aspecto destacado de este montaje es el vestuario...

A.I.: Sí, es de Carlos Pinilla. Es precioso y se intenta también con él jugar con  las dos épocas. Todo es muy blanco, puro y luminoso contrastando con la oscuridad o las manchas que estos dos personajes tienen en su historial.

P.: Y el vestuario ¿a usted le ayuda mucho a la hora de interpretar a un personaje?

A.I.: A mí me ayuda muchísimo: Los zapatos, la borla, los pantalones de montar, el peto, de alguna manera te va armando externamente. A todo se le intenta sacar juego. En el proceso es ya la última parte porque el personaje lo construyes en tu interior primero y luego lo creas por fuera. Yo recuerdo que en Hécuba, interpretando a Polimnéstor, con el traje y la capa que hizo Pedro Moreno yo me sentía mucho más Rey de Tracia, aunque ya me sentía así dentro de mí. Todo ayuda a sumar para meternos en las diferentes pieles, que es lo que los actores hacemos.

P.: Pasando a otro tema ¿cómo está siendo la gira de El largo viaje del día hacia la noche?

A.I.: Acabamos de estar en Logroño. Pararemos en verano para retomarla en septiembre y entrar a mediados de octubre en el Teatro Romea de Barcelona para estar un mes. La gira está siendo fabulosa porque además notamos cómo la función va creciendo. A Logroño fue a vernos un dramaturgo de riojano que había visto una de las primeras funciones en el Teatro Marquina de Madrid y nos dijo que lo que hacíamos era maravilloso. Hemos tenido la fortuna de hacer bastantes funciones, pasándolo muy bien porque el texto de Eugene O'Neill es un mecanismo perfecto de emociones y de creación de conflictos. Me siento muy afortunado de estar en ella. Además, para Mario Gas y Vicky Peña será muy especial hacerla en Barcelona porque tienen muchas ganas de actuar en su tierra. Ya habíamos actuado en algunas ciudades catalanas pero no habíamos hecho temporada aún allí. Yo ya había estado con ellos en el Tívoli con Un tranvía llamado deseo hace cinco años y gustó mucho y los dos son muy queridos allí.
Con Mario Gas en El largo viaje del día hacia la nocheAntonio Castro
P.: Por último, he leído que va a participar en Carlos, Rey Emperador ¿qué nos puede decir sobre ello?

A.I.: Pues interpretaré a Antonio Mendoza, virrey de Perú, y empiezo este mes que viene a rodar con José Luis García Pérez, que interpreta a Hernán Cortés y hay un buen conflicto. También participo en un capítulo de otra serie que se está rodando, Apaches, y el personaje es una delicia.

sábado, 30 de mayo de 2015

Gran tragedia italiana

                                          CRÍTICA DE ÓPERA: TOSCA

El Teatro de la Maestranza vivió ayer una maravillosa noche con la primera  representación de Tosca de Giacomo Puccini, una coproducción con el Gran Teatre del Liceu de Barcelona con la que cierra la programación operística de esta temporada y que permanecerá en cartel hasta el 13 de junio.

Lo que se vio y oyó durante la representación produjo emoción a raudales por la calidad vocal de los intérpretes y la poderosa puesta en escena.
Jorge de León y Hui He (espléndidos Caravadossi y Tosca)Guillermo Mendo

Paco Azorín, director de escena y escenógrafo, dio una muestra más de su maestría en ambas facetas con una de las óperas más famosas de todos los tiempos. Cuando supe que él estaba en esta producción tenía la intuición, como así ha sido, de que no me iba a a defraudar, porque siempre tuve en mente el espléndido montaje de Julio César de Wiiliam Shakespeare en el que dirigió a Mario Gas, Sergio Peris Mencheta y Tristán Ulloa entre otros. 

Tosca es una ópera muy rica en todos los aspectos que bebe de diversas fuentes, pero, sobre todo, es una de las cumbres de la tragedia del bel canto. El fatal destino de los tres personajes principales: Tosca, Cavaradossi y Scarpia, está mostrado con total verosimilitud gracias a una labor en equipo que ha producido excelentes resultados. En primer lugar, la escenografía transformable y movible para cada uno de los actos tiene una calidad que demuestra la sabiduría de Azorín y que tiene su máxima expresión en el modélico tercer acto, con un primer fragmento de noche envuelto en la niebla que es de gran belleza así como ese amanecer donde Pedro Yagüe demuestra cómo sabe manejar la luz y crear imágenes poderosas. Isidre Prunés diseña un vestuario bello sin ser ampuloso destacando la hermosa capa de Tosca en el primer acto y el vestido de la misma en el segundo así como el colorido de las vestimentas de los escolanos.

Centrándonos en la parte musical Pedro Halffter estuvo, una vez más, portentoso dirigiendo a la ROSS que interpretó a la perfección la hermosa música de esta obra maestra. Con respecto a los intérpretes no puedo empezar a hablar de ellos sin nombrar en primer lugar la portentosa voz del tenor canario Jorge de León. Su interpretación del pintor Cavaradossi fue espectacular en general y en particular, cuando entonó Recondita Armonia y, sobre todo E lucevan le stelle, donde el público aplaudió entusiasmado por la emoción que puso en la interpretación y el control de su poderosa voz, poniendo los pelos de punta.

En segundo lugar, la soprano Hui He hizo una Tosca con una gran paleta emocional: cómica cuando muestra sus celos ante Cavaradossi al contemplar el cuadro que éste pinta en la iglesia y dramática a partir de la tortura de su amado Vocalmente fue de menos a más, a la par que la historia, luciéndose sobre todo en el segundo acto.

Por su parte, el barítono Ambrogio Maestri demostró también su enorme profesionalidad en la piel del malvado Scarpia, un personaje (al que dará vida el barítono Juan Pons los días 1 y 7) en el que se muestran las diversas fuentes que contiene Tosca que referí antes pero no especifiqué: La primera es clara y confesa en la propia ópera: Scarpia, con el uso del abanico, se transforma por iniciativa propia en un pérfido Yago, el potente coprotagonista de Otelo de William Shakespeare para despertar los celos en Tosca y, por otro lado, y esto es una apreciación personal, por la profesión de Scarpia, su grado elevado de maldad y su persistencia por conseguir sus propósitos, me recordó al Javert de Los Miserables de Víctor Hugo con intereses amorosos. Maestri ofrece todos los matices emocionales de estos referentes literarios en su personaje a la perfección a lo que unió una contundente voz.
Un hermoso momento del primer acto con Maestri en el centro. Guillermo Mendo
Finalmente, diciendo de antemano que todos cumplieron su cometido con creces, destaco el sacristán que interpreta Enric Martínez-Castignani con una interacción con Jorge de León en el primer acto muy destacable.

En resumen, un montaje para el recuerdo de una ópera hermosísima a la par que trágica y que pone de manifiesto no sólo la calidad incuestionable de Puccini sino también la de los profesionales que han puesto en pie esta  nueva producción de Tosca, que no ha perdido el favor del público desde que se estrenó en el año 1900 en el Teatro Costanzi de Roma. Una vez que se ve, se entiende el motivo.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Pedro Mari Sánchez: "Para cualquier actor es un privilegio ir al Festival de Mérida"

Hablar con un actor como Pedro Mari Sánchez es una delicia. La trayectoria que tiene es impresionante desde que interpretó al inolvidable Críspulo en La gran familia (Fernando Palacios, 1962). A partir de entonces creció ante los ojos de los espectadores gracias a su trabajo continuado en televisión, teatro y cine. En el teatro ha hecho personajes de todo tipo con directores de la talla de José Tamayo (Un tranvía llamado deseo, Calígula y Divinas palabras), José Carlos Plaza (Carmen, Carmen) o Manuel Collado (La Gaviota) por citar sólo unos pocos títulos de su dilatada carrera que incluyen trabajos como director como El cántaro roto de Von Kleist o La divina Filotea de Calderón de la Barca
Pedro Mari Sánchez*
En la actualidad se encuentra preparando La asamblea de las mujeres de Aristófanes, que se estrenará este verano en el Festival de Mérida con dirección de Juan Echanove y compartiendo escenario con María Galiana, Lolita, Pastora Vega, Concha Delgado, Santiago Crespo, Sergio Pazos, Luis Fernando Alves y Bart Santana. A este montaje hay que sumarle el actual rodaje de La corona partida, filme que conectará las historias de las series Isabel y Carlos, Rey Emperador.

Pedro Mari Sánchez habló para El Rinconcillo de Reche de estos dos proyectos, lo que significa para él volver al Festival de Mérida y otros hitos de su trayectoria teatral que daría para dos horas de agradable conversación gracias a su amabilidad y cercanía. Pasen y lean. 

Pregunta: La asamblea de las mujeres supone para usted varias cosas. En primer lugar su regreso al Festival de Mérida...

Pedro Mari Sánchez: Efectivamente, vuelvo después de unos cuantos años a un lugar donde he hecho varios montajes.

P.: Una de sus primeras obras en Mérida fue Electra de Eurípides en 1984 si no estoy mal informado...

P.M.S.: Sí, efectivamente. Precisamente en esa función Juan Echanove interpretaba a un pastor y era de sus primerísimas funciones. La hicimos con Ana Marzoa y Encarna Paso y una de las cosas que más me emocionan es volver a Mérida con una obra dirigida por Juan, quien, en sus inicios trabajó conmigo en aquella función.

P.: Además, en sus inicios, usted lo dirigió a él ¿no?

P.M.S.: Así es. Fue en Concierto para clave y poesía, un espectáculo sobre música barroca y poemas de Calderón de la Barca, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y muchos autores más. Se hizo para el Festival de Otoño de Madrid.

P: ¿Cómo va el proceso para poner en pie La asamblea de las mujeres?

P.M.S.: Estamos muy al principio. Ya falta menos para que comiencen los ensayos y por cosas que me ha contado Juan en varias conversaciones tengo una percepción estupenda de lo que él puede hacer. Vamos a poner todos los recursos que tenemos para hacer un buen espectáculo.

P.: La obra tiene un gran reparto...

P.M.S.: Sí, sobre todo es un reparto adecuado. Siempre he pensado que el gran secreto de un montaje teatral y de la dirección de actores tiene que ver con la elección de los mismos. Hay cosas con una química especial, energías que se pueden compenetrar bien y el reparto de esta obra es adecuadísimo para el discurso que Juan quiere contar en este montaje de La asamblea de las mujeres.

P.: Esta obra es otro salto de calidad de Juan Echanove como director tras la gran acogida de Conversaciones con mamá...

P.M.S.: Sí, aunque este montaje es una apuesta muy distinta. Es una función con otro estilo y otra dimensión. Habla de cosas que se pueden considerar atemporales. "Pasados los siglos horas fueron" como diría Calderón. Lo que está pasando en Europa o concretamente en Grecia es lo que ocurre ahí. No tanto por la anécdota de lo que está ocurriendo sino que se demuestra que los conflictos de los seres humanos siguen siendo los mismos.

P.: Usted ha trabajado varias veces en Mérida: En la mencionada Electra, en Fedra, dirigida por Emilio Hernández, en El príncipe constante de Calderón de la Barca dirigida por Alberto González Vergel o en Calígula de Albert Camus bajo la dirección de José Tamayo ¿Qué supone para usted pisar el escenario de Mérida?

P.M.S.: Para mí supone ser como un viajero en el tiempo. Es algo muy especial, porque aquel espacio está vivo. No es sólo un teatro. Lo notas habitado. Notas respiraciones. Han pasado tantas cosas allí a lo largo del tiempo que la piedra late, no es algo inerte, cada milímetro de ese espacio está lleno de vida y energía real física que noto. Yo me emociono cada vez que voy a Mérida y me siento como en mi casa y lo sentí desde aquel montaje de Electra. Lo sentía como un lugar al que yo pertenecía. Estoy emocionado por volver, adoro esa tierra y pensando en la gente que ha actuado allí es un privilegio para cualquier actor tener la oportunidad de ir allí. Además la función es divertidísima, transgresora, imaginativa, poderosa y tenemos un montón de elementos maravillosos que Juan va a poner en su lectura personal de la obra que creo que van a funcionar muy bien, y la música de Javier Ruibal, ya verá.

P.: Otro aspecto de su actualidad profesional es su participación en La corona partida que sirve de conexión entre Isabel y Carlos, Rey Emperador y en donde usted interpreta al Duque de Nájera ¿Qué nos puede contar?

P.M.S.: Se estrenará en las salas de cine. Mi personaje no apareció en Isabel y está en el conflicto, tras la muerte de la reina, con Juana La Loca para que Felipe El Hermoso se haga con las riendas de Castilla. Se forman dos bandos más o menos claros y mi personaje es el que señala a Cisneros como la posibilidad para regir porque el futuro Carlos V aun es muy joven.

P.: Aparte de sumergirse en un mundo maravilloso por los decorados y el vestuario usted vuelve a trabajar con otro miembro de la familia Gutiérrez Caba, Irene Escolar, tras haber trabajado a lo largo de su carrera con Irene, Julia y Emilio Gutiérrez Caba...

P.M.S.: Irene Escolar es una joya, es maravillosa. Es una actriz de gran talento. Yo, que he trabajado con los tres hermanos, veo el talento de ellos en ella. Estoy muy emocionado de trabajar con ella porque es chispeante, profunda, sutil. Tengo muchas alegrías en este rodaje porque me encanta trabajar con Rodolfo Sancho, es encantador y conocí mucho a su padre y Raúl Mérida es otro actor estupendo, está fantástico. También me he reencontrado con Eusebio Poncela con quien hice en el Teatro de la Comedia en 1977 Lección de anatomía junto a María José Goyanes, Julieta Serrano, José María Prada y Emma Cohen, un gran reparto. Trabajar de nuevo con Eusebio ha sido estupendo porque somos amigos desde hace muchos años, ha sido muy gratificante. Además, con el director, Jordi Frades, estoy encantado, porque es muy listo y talentoso. Creo que está haciendo una película estupenda. Sé que hay mucha gente expectante porque Isabel caló mucho en el público.

P.: Si hablásemos en general de su trayectoria profesional podemos decir que es para caerse de espaldas...

P.M.S.: Es que son más de cincuenta años de carrera. Es muy difícil mantenerse en esta profesión durante tanto tiempo porque concurren muchos factores para poder ejercerla. Hay que tener una resistencia emocional y física notable. No es sencillo.

P.: Precisamente este año se cumplen treinta de Bajarse al moro de José Luis Alonso de Santos, que dirigió Gerardo Malla...

P.M.S. (con sorpresa): ¿Han pasado ya treinta años de Bajarse al moro? Madre mía, cómo pasa el tiempo. Yo me siento con tanta energía como entonces. Estuvimos haciéndola un año y pico. Fue muy gratificante, un éxito tremebundo y trabajé con gente maravillosa: Verónica Forqué, Jesús Bonilla, Amparo Larrañaga y María Luisa Ponte, y en esa función estaban también Luis Merlo y Javier Garcimartín.

P.: Habiendo trabajado tanto y desde que era niño ¿hubo un momento concreto en el que usted dijese: "A esto es a lo que me quiero dedicar"?

P.M.S.: Al haber empezado desde niño, actuar lo tenía incorporado de una manera automática a mis juegos. No se toma conciencia en esos momentos. Ya en la adolescencia en televisión hice, en el espacio Novela, El dos de mayo con dieciséis años recién cumplidos, y me pusieron patillas postizas para aparentar más edad. A partir de ahí ya empecé a hacer papeles de adulto, como en Humillados y ofendidos, dirigida por Pilar Miró, también en Novela, donde Fiorella Faltoyano interpretaba a mi novia. Ya ahí consideraba que lo que hacía iba a formar parte voluntaria de mi vida. 

Siempre me ha gustado mi profesión y no recuerdo un momento concreto diciendo "me quiero dedicar a esto". Según iba creciendo iba haciendo un viaje vital a través de mi profesión. Yo notaba que me iba transformando en mi vida y en el trabajo por los personajes que iba haciendo a lo largo del tiempo. Mis trabajos me han  hecho reflexionar sobre mi vida durante mucho tiempo y ahora yo estoy aplicando mis reflexiones personales y vivencias a los personajes, pero durante muchos años han sido los personajes los que me han enseñado sobre mí. Aprendes de las cosas que te vienen. 

La experiencia lo único que te da es un determinado peso, porque cuando haces algo la experiencia no te vale en el sentido de decir "yo ya he hecho esto, pues voy a hacer lo mismo". La curiosidad es algo que hay que mantener por encima de todo siempre y hay que aplicar en las ganas de indagar para volver a sorprenderte en la medida de lo posible. Me ha ocurrido con el personaje que he interpretado en Cuéntame cómo pasó, con el que me he dejado sorprender. El primer día de rodaje me pasó por la cabeza una impresión de comportamiento que ha funcionado y que conectó conmigo y con el público.

P.: Ha hecho en el teatro grandes títulos con grandes directores pero creo que estrenar en 1986 en Italia El Público de Federico García Lorca tuvo que ser muy especial para usted ¿no?

P.M.S.: Fue muy especial por muchas razones: Porque sirvió para inaugurar la nueva sala del Piccolo Teatro de Milán, el Teatro Fossati, circular de ladrillo y madera. Fue un privilegio y un regalo que me dio la vida. Fue una oportunidad de conocer uno de los lugares más importantes del teatro mundial y al señor Giorgio Strehler, uno  de los míticos creadores del teatro contemporáneo. Estuvimos mucho tiempo ensayando allí y dos meses representando la obra. Trabajé con Alfredo Alcón, Walter Vidarte y también con Juan Echanove. El estreno fue memorable. Ya cambiándonos de ropa en los camerinos tuvimos que volver al escenario porque la gente seguía aplaudiendo. Fueron entre quince y diecisiete minutos de aplausos. Es algo que emociona y que sigue emocionando cuando se evoca. Lluis Pasqual hizo un montaje extraordinario.
Junto a Alfredo Alcón en El Público de García Lorca*
P.: A mí me gusta mucho el teatro clásico y usted interpretó a Segismundo en el primer montaje de La vida es sueño que hizo la Compañía Nacional de Teatro Clásico, en 1996 ¿Para usted qué supuso meterse en la piel de ese personaje?

P.M.S.: Segismundo es uno de los grandes personajes del teatro mundial. Yo tuve la fortuna de hacerlo con Ariel García Valdés, que es un extraordinario director, de los grandes directores europeos reconocidos, aparte de ser un actor fantástico. A mí me gustaría revisitar a Segismundo y creo que lo voy a poder hacer porque es de esos personajes que no se acaban nunca y quiero indagar en muchos más aspectos de él porque es un personaje enorme.  Son obras enormes que hablan de la condición humana mucho más allá de los aspectos pequeños, tienen una dimensión metafísica. La vida es sueño habla sobre la naturaleza de la realidad, lo que creemos y entendemos qué es la realidad. Esa función está en mi corazón. Nunca olvidaré un grupo de punkies al terminar la representación que me dijeron: "Los que tienen la información cómo nos manipulan ¿eh?", refiriéndose al personaje de mi padre. Porque esta obra también habla de eso, de alguien a quien se le ha arrebatado la información de su verdadera identidad.
En una impactante escena en La vida es sueño*
P.: Con esto finalizo esta entrevista que para mí ha sido un auténtico placer, porque varias generaciones de españoles le han visto crecer como persona y como actor gracias a trabajos fantásticos. Yo tuve la suerte de ver un Estudio 1 de Ricardo III de William Shakespeare y otro de Adiós, señorita Ruth de Emlyn Williams, del que guarda, tengo entendido, un cariño especial...

P.M.S.: Efectivamente. Fue uno de los trabajos en los que me sentí especialmente bien con el personaje que hacía y humildemente creo que conseguí hacer con bastante acierto en general, sobre todo en la parte en la que se transforma, porque aún era joven como actor para reflejar bien esa madurez y ese cambio hacia el autodominio que tiene el personaje. Además trabajé con Irene Gutiérrez Caba, que es de mis actrices favoritas de toda la vida, era extraordinaria. La recuerdo, por ejemplo, en el personaje que hizo en Historias de la frivolidad que era divertidísima.

*FOTOS PROCEDENTES DEL ARCHIVO PERSONAL DE PEDRO MARI SÁNCHEZ CEDIDAS PARA ESTA ENTREVISTA

sábado, 16 de mayo de 2015

Blanca Portillo desentraña el dolor de los recuerdos

                    CRÍTICA TEATRAL: EL TESTAMENTO DE MARÍA

Blanca Portillo goza desde hace muchos años de un grado de excelencia que se certifica en todos y cada uno de los proyectos en los que se embarca. Si nos centramos en el teatro, el público, en estos tres últimos años, ha podido disfrutar de su antológica interpretación de Segismundo en La vida es sueño y como directora nos ha regalado dos joyas: La Avería y Don Juan Tenorio. A su visión del texto de Zorrilla, uno de los montajes de la temporada, se suma otro donde da muestras de su descomunal talento como actriz, El Testamento de María

Blanca Portillo en un momento de la función. Josep Aznar
Dirigida por Agustí Villaronga, este monólogo de Colm Tóibín se convierte, en manos de Blanca Portillo en un deleite para los amantes del teatro. En primer lugar, si hay que hablar de las muchas cualidades que tiene esta función, hay que alabar el acercamiento al lado más humano de la Virgen María, ya que se nos muestra claramente, y ahí hay que empezar hablando del impecable trabajo de Blanca Portillo, a una mujer que ante todo es una madre que ha perdido a su hijo de una manera muy cruel.

En su vejez, María nos va desentrañando sus sensaciones ante todo lo que sucedió desde que Jesús empezó a emprender su camino en solitario y rememora pasajes conocidos como la resurrección de Lázaro o la transformación del agua en vino en las bodas de Caná, hechos a los que María aporta su visión más terrenal, no llamándolos milagros como todo el mundo que presenció estos hechos. Es un personaje que expone sus sentimientos de una manera muy desnuda, tanto, que es imposible que el público no conecte con ella.

El Testamento de María aporta una visión apócrifa de otros acontecimientos como es la confesión de la huida mientras Jesús estaba en la cruz, un hecho que el personaje desvela como algo que tenía guardado en su interior y que le pesaba como una losa. E incluso nos muestra a una mujer con veneración por dioses de la época sin considerar el valor que muchos le dan a lo que significó la Pasión, muerte y resurrección de su hijo. Para ella Jesús era sólo eso, su hijo.

Habiendo destacado los valores del texto de Tóibín, ahora quiero ahondar en el trabajo de Blanca Portillo. La actriz va haciéndonos partícipes de las vicisitudes de su personaje sin ningún titubeo, con una voz y dicción perfectas y su interacción con la completa escenografía Frederic Amat es una clase magistral de movimiento en el escenario. Los acontecimientos no sólo son recordados sino revividos de ahí que en el momento de rememorar, por ejemplo, la crucifixión de su hijo, el dolor es tan intenso que se transmite en el rostro de Blanca Portillo de una manera desgarradora.
Un momento de la impresionante interpretación de Blanca Portillo. Josep Aznar
Todos los pasajes son recreados con la ayuda no sólo de la mencionada escenografía (el pozo es un auténtico hallazgo) sino también de la efectiva luz de Josep María Civit y el polivalente vestuario diseñado por Mercé Paloma.

Todo ello contribuye a conocer desde otro punto de vista a una mujer a la que la Religión siempre nos la ha mostrado de un mismo modo, ya que El Testamento de María, es en esencia, un texto muy humano, interpretado por una actriz que es un tesoro de nuestras artes escénicas, Blanca Portillo, que se llevó una gran ovación al terminar la función, saliendo hasta seis veces a saludar, y no fue para menos porque lo que se vio anoche en el Teatro Central de Sevilla fue oro puro.  

jueves, 14 de mayo de 2015

Satisfactorio y estimulante regreso al agujero

                            CRÍTICA DE ESPECTÁCULOS: THE HOLE 2

La fórmula del éxito nadie la tiene pero hay personas con mentes privilegiadas que parecen conocer algunos de sus ingredientes. Eso les ocurre a los artífices de The Hole 2, los cuales, haciendo un espectáculo que remite al exitoso precedente, manteniendo la picardía, la espectacularidad y la sensualidad, junto con otros elementos, han dado de nuevo en la diana.
Los protagonistas de la historia de amor de The Hole 2. Pedro Gato
The Hole 2, en el Teatro Lope de Vega de Sevilla hasta el domingo 24 de mayo, es una exhibición de talento desde todos los puntos de vista, donde caben verdaderas sorpresas, números acrobáticos arriesgados y risas ante lo que se muestra en el escenario y lo imprevisible, que es un elemento muy alentador a la hora de disfrutar de un espectáculo.

Alex O'Dogherty conduce a la perfección el show como Maestro de Ceremonias, mostrando una soltura en el escenario fresca y muy dinámica, donde una peculiar historia de amor se complementa con la crítica política y social, lo que se completa con la sensualidad de dos artistas bellas y talentosas a más no poder como Vinila Von Bismark una divina adivina, con una de las caras más hermosas que he visto sobre un escenario y Marta Ribera, una genial María del Mar que se marca con O'Dogherty un confeso homenaje a una recordada escena de Moulin Rouge de Baz Luhrmann combinando deliciosas canciones románticas en español (de Frente a frente de Jeanette a Será porque te amo de Ricci & Poveri pasando por la mítica Hoy tengo ganas de ti, del añorado Miguel Gallardo, entre muchos temas).
La genial y sensual Vinila Von Bismark durante el showPaco Manzano
Destaco este momento por el componente sentimental que tiene pero de The Hole 2 es un continuo disfrute con unos números que se quedan en la memoria como el del maravilloso Trío Sunrise, excelentes acróbatas y contorsionistas a ritmo de El lago de los cisnes en versión heavy metal o los números en las alturas del sorprendente Gustavo Sartori o Marilén Ribot, un puro disfrute así como la transformación de un espontáneo en Cupido gracias al gran número de Nick Beyeler  o las habilidades del desinhibido Gato Volador (Álvaro Ramírez), todos ellos demostrando un gran esfuerzo y excelente forma física para dar lo mejor de sí y deleitar al público, algo que consiguen con creces. Todo ello aderezado con música en directo de gran calidad.

El tributo a la Revista y a esos tiempos revueltos, con Lola Flores sonando en todo su esplendor vocal es un guiño a una época no muy lejana pero que también consigue motivar para que los espectadores disfruten de la vida, que, en definitiva, son dos días. Si quieren evadirse de los problemas no duden que The Hole 2, es una excelente para hacerlo al menos durante tres horas que pasan en un suspiro (de placer o de disfrute visual y sonoro, lo que ustedes prefieran).  

lunes, 11 de mayo de 2015

"The Hole 2" llega a Sevilla para volver a divertir y sorprender al público

El Teatro Lope de Vega acogerá el espectáculo que tendrá a Álex O'Dogherty de maestro de ceremonias


En el mes de febrero del año pasado The Hole llegó al Teatro Lope de Sevilla y sorprendió a todo el mundo, su mezcla de club teatro cabaret, picardía, sensualidad, junto con actuaciones alucinantes, ha quedado en la memoria de todos. Tal fue el éxito que meses más tarde el espectáculo volvió a la capital hispalense para representarse en una carpa. Pues quien se acerque del 13 al 24 de mayo al Teatro Lope de Vega podrá disfrutar de The Hole 2, un espectáculo nuevo nacido a raíz del apabullante éxito del primero, el cual incluso se está representando en Méjico. 
Itxaso Barrios y Alex O'Dogherty presentando The Hole 2 en Sevilla   A.R.S.

The Hole 2 contará con Alex O' Dogherty, autor de los textos del espectáculo, como maestro de ceremonias, excepto el domingo 17 en el que dicho rol lo asumirá Canco Rodríguez, el famoso Barajas de Aida.

O'Dogherty adelantó la semana pasada elementos de The Hole 2 acompañado por Itxaso Barrios, miembro de la productora LETSGO, artífice del espectáculo que dirige Víctor Conde.

En la mencionada rueda de prensa Barrios afirmó que "The Hole asentó un precedente, creando una manera distinta de disfrutar de un espectáculo, y hacer The Hole 2 fue todo un reto". 

Este nuevo espectáculo cuenta, como The Hole con profesionales de la talla de Juanjo Llorens en la iluminación, Miguel Brayda como responsable de la escenografía o Nicolás Vaudelet en el vestuario

Para dejar claras las diferencias entre los dos espectáculos Barrios señaló que "si The Hole tiene aire de cabaret berlinés The Hole 2 es más cañí, está inspirado en la Revista, en Manolita Chen. Y una cosa es clara: No hace falta haber visto The Hole para ver The Hole 2".

Por su parte Alex O'Dogherty señaló "que en este espectáculo habrá música en directo y la historia está más elaborada, añadiendo elementos a la historia de amor entre la rata y el maestro de ceremonias, como es el hecho de que la rata se transforme en mujer, en la persona de Marta Ribera. Además, los números son totalmente nuevos". 

Barrios añadió un dato curioso: "La función número 500 se celebrará en Sevilla".



O'Dogherty señaló que en The Hole 2 "hay más interacción con el público, donde una rifa durante el descanso se convirtió en un bingo donde se sortea un jamón. Ese bingo es de lo que más se acuerda el público por lo que ocurre en él y lo que la gente hace". 

Las sesiones serán: 13, 14, 19, 20 y 21 de mayo a las 20:30, doble sesión, a las 19:00 y a las 22:30 h. los días 15, 16, 22 y 23, y los domingos 17 y 24 la sesión es a las 19:30 horas, el lunes 18 no hay función.

Las entradas para The Hole 2 en Sevilla, cuyos precios oscilan entre los 21 y los 35 euros, se pueden adquirir en las taquillas del teatro, y pinchando en los enlaces siguientes: http://www.generaltickets.com/sevilla/ y http://www.theholeshow2.com/#,

viernes, 8 de mayo de 2015

Conversación con tres ases del Teatro Clásico: Clara Sanchis, Nuria Gallardo y Fernando Sansegudo

Hay experiencias por las que vale la pena seguir ejerciendo esta profesión a la que me dedico: el periodismo. Y ésta es una de ellas. No todos los días uno tiene la oportunidad de entrevistar a la vez a tres actores colosales, con una trayectoria como yo digo para caerse de espaldas. Con motivo de las representaciones en el Teatro Lope de Vega de Sevilla hasta este domingo de Donde hay agravios no hay celos, comedia de Rojas Zorrilla, y la tercera obra dirigida por Helena Pimenta al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, El Rinconcillo de Reche ha conversado con Clara Sanchís (Doña Inés de Rojas), Fernando Sansegundo (Don Fernando de Rojas y autor de la versión) y Nuria Gallardo (Beatriz).
Con Clara Sanchis, Nuria Gallardo y Fernando Sansegundo     Alejandro Reche
Los tres tienen vínculos en común dentro de la CNTC porque, por ejemplo, en 1997 entran por la puerta grande ya que Fernando Sansegundo hace con Clara Sanchis El anzuelo de Fenisa de Lope de Vega y ese mismo año La venganza de Tamar de Tirso de Molina con Nuria Gallardo, con quien repetiría en La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón en 2013. Sansegundo y Gallardo trabajaron por separado con Miguel Narros, ella en La Estrella de Sevilla de Lope de Vega en 1998 y él en El burlador de Sevilla de Tirso de Molina en 2003. Por su parte Clara Sanchis comienza en el 2005 una etapa gloriosa en la CNTC que comienza con El Castigo sin venganza de Lope de Vega, y continúa con Tragicomedia de Don Duardos de Gil Vicente (2006) y El curioso impertinente de Guillén de Castro (2007). La trayectoria de Fernando Sansegundo en la CNTC se completa con Maravillas de Cervantes en el año 2000, el mismo año en el que Nuria Gallardo interpreta a Rosaura en el segundo montaje de La vida es sueño de Calderón de la Barca que realiza la CNTC, y en el tercero, dirigido por Helena Pimenta en 2012, actuaba Fernando Sansegundo, con lo que así cerramos un recorrido de oro, gracias a las brillantes trayectorias de los tres.  

La entrevista discurre en un ambiente distendido donde se habla de mucho teatro, sus personajes en la función de Rojas Zorrilla, la pasión por el teatro en verso y el trabajo que ello conlleva o la participación en la serie Isabel todo ello con una amabilidad exquisita. Para mí esta entrevista será un momento inolvidable. Espero que para ustedes también. Pasen y lean, porque estos tres grandes actores tienen mucho que contar.     

Pregunta: En Donde hay agravios no hay celos da la sensación de haberse resaltado más la comicidad del texto ¿Cómo fue la labor de realizar la versión y la dirección de Helena Pimenta con el material que tenían entre manos?

Fernando Sansegundo: Yo pienso que no se ha acentuado la comicidad más allá de la que contiene la obra. Al hacer la versión quisimos que mantuviese la misma comicidad que hizo que fuera un éxito en el siglo XVII y que los espectadores de ahora pudiesen sentir algo parecido a los que la vieron representada en un corral de comedias de esa época. No se ha ido a la farsa. Lo que sí tiene es una comicidad muy directa pero está muy basada en los caracteres de cada uno de los personajes, que es otro de los logros del autor, Rojas Zorrilla, ya que parte de tipos pero personaliza mucho y cada uno de los caracteres merecería una historia por separado.

Clara Sanchis: Hay un factor en la dirección de Helena Pimenta que a mí me ha resultado nuevo, divertido y muy interesante a la hora de trabajar el verso: Se ha trabajado de una manera muy física. Lógicamente el verso es complejo, maravilloso y lleno de cosas pero ella ha profundizado mucho en la expresividad del cuerpo, en lo que nos pasa interiormente. Eso se traduce en una comicidad muy animal y comprensible para el espectador, pero también hace que vayamos a muerte cuando se trata un conflicto serio. Lo cómico parte de la desesperación de los personajes ya que ninguno quiere ser lo que le toca ser.
Clara Sanchis en Donde hay agravios no hay celos. Ceferino López

Nuria Gallardo: Es una obra donde hay una línea muy clara y definida en cada personaje, el trazo está hecho muy bien para subirse al tren en marcha.

P.: Ahora vayamos a cada uno de los personajes que ustedes interpretan ya que se salen un poco del arquetipo tradicional. Para empezar, Beatriz no es la típica criada del Siglo de Oro...

N.G.: Sí, creo que es la primera criada al uso que tiene un soliloquio en la Historia del Teatro. Yo estoy encantada interpretándola porque creo que es el primer personaje en mi vida que es comedia pura y dura. Mi personaje no tiene un sufrimiento atroz y sabe sacar muy buen beneficio de las cosas que tiene alrededor. Ella intenta ayudar, por lo que considero que es generosa. Mientras ella saque partido hace lo que sea por los demás. Es un hallazgo este personaje para mí y creo que dramatúrgicamente es una joya, al igual que los demás personajes de la función.

P.: En el caso de Fernando de Rojas , es el único que sabe el conflicto que se plantea en la obra por las confesiones que le hacen por un lado Doña Ana y por otro Don Lope, pero no puede decir nada... 

F.S.: Lo único que ignora es la suplantación de identidades de Don Juan y su criado Sancho. Es un señor que sufre mucho, de una manera que desde fuera hace gracia, no por crueldad sino por cómo se lo toma él. Lo toman como punto de referencia y al que consultan pero no quieren saber su opinión realmente. Actúan así porque parece que, cuando se habla con alguien que se puede considerar una autoridad, si no desautoriza o no pone impedimentos parece que está dando la razón. Todos parecen que vienen a él a justificarse, pero este hombre se siente comprometido con una situación que le supera. Está en un momento de su vida en el que quisiera tener tranquilidad, casar a su hija de una vez y retirarse a sus aficiones pero no le dejan.

P.: Por último Doña Inés llama la atención  por varios factores como son la confesión de celos hacia otra mujer de la misma clase social o su conflicto interno al ver que siente amor hacia un "criado" y que ella misma lo compara a la relación del olmo con la hiedra...

C.S.: Es un personaje precioso. Es una mujer rebelde, que lucha por hacer lo que quiere en una época en el que las mujeres lo tenían todo en contra. Además, como los otros personajes femeninos, habla abiertamente de su sexualidad. Su enamoramiento por Don Juan es muy carnal y erótico, y es una valentía que el autor lo exponga en boca de las mujeres de esa manera, poniendo por delante su deseo físico. Además es una mujer culta y, por el lenguaje que usa, metafórico y filosófico, lo hemos transformado en una gran lectora que siempre lleva un libro en las manos por lo que le da un toque peculiar, no es una dama al uso para nada.

P.: Otro aspecto destacado de la obra es la importancia de los apartes, ya que el primer acto acaba con veinte seguidos y el segundo con diez, enfocando mucho la atención en lo que los personajes callan en cuanto a información y sentimientos...

F.S.: En la obra original estaban agrupados pero no tan claramente y Helena Pimenta quería crear unos mundos aparte, como el resumen de todo lo que había pasado y que toca otro de los temas de la función: el temor de los personajes a decir lo que sienten. El público sí lo oye pero los demás personajes no. Eso está apoyado con música y una coreografía sencilla pero muy eficaz que crea esos mundos aparte en donde el espectador se traslada a los pensamientos de los personajes.

C.S.: Eso crea una intimidad maravillosa con el público y creo que influye en la respuesta que estamos teniendo, porque sólo a ellos les decimos la verdad de lo que sentimos. Coloca al espectador en un lugar agradable y divertido donde lo saben todo.

N.G.: Es una función con una especie de truco desde el momento en que el espectador tiene más información que los personajes y tiene algo como de cuento títeres en el que, cuando aparece el lobo la gente dice: "Cuidado, cuidado". Hay algo muy innato, muy de verdad, ya que, cuando ve aparecer a los personajes el público piensa "Verás la que se va a armar". Y el hecho de saber lo que piensan los personajes, porque se lo cuentan como en secreto para ellos les hace ser mucho más cómplices con todo lo que está pasando y se mantiene hasta el final.

P.: Hablemos un poco de la trayectoria de los tres en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Los tres tienen en común el haber sido dirigidos, antes de Helena Pimenta, por otros maestros muy diferentes entre sí: Clara Sanchís por Pilar Miró, Eduardo Vasco, Natalia Menéndez y Ana Zamora; Nuria Gallardo por Miguel Narros, José Carlos Plaza y Calixto Bieito y Fernando Sansegundo por Narros, Plaza y Joan  Font. ¿Creen que, a pesar de las diferencias entre ellos, tenían y tienen en común una pasión por el verso para afrontar la dirección de obras del Siglo de Oro?

C.S.: Sí, yo creo que hay un disfrute en los directores mencionados y en nosotros también en unos momentos en los que el lenguaje está por los suelos. Trabajar en estas obras, con un lenguaje bello y complejo, es como reconstruir algo que ha existido. Supongo que para los directores, cada uno con su estilo,  también supone entrar en un mundo diferente.

N.G.: Yo pienso que lo que tienen es pasión por la palabra, algo básico para afrontar una obra en verso. No sólo es hacer un montaje, ya que eso ocurre en cualquier función, llevando  a cabo una propuesta escénica, sino que, a la hora de desentrañar el texto y hacer que eso sea real aquí y ahora, hay un trabajo por parte de dirección, actores y equipo técnico muy diferente al de una función que no tiene la dificultad del verso al hablar. Por ello lo primero que ha de haber es mucho trabajo previo por parte de todos y también mucho amor, porque hay que dedicarle, como yo digo, dos más.
Nuria Gallardo en La vida es sueño dirigida por Calixto Bieito
F.S.: Todos los directores con los que yo he trabajado podían ser diferentes pero había una cosa que tenían en común, la incorporación del ritmo. El verso les da un ritmo que les obliga a un tipo de comportamiento, de acción y de velocidad distintos. Ellos sienten que no es que estén montando una ópera pero sí tiene algo en donde el ritmo no se puede descuidar porque si no toda la carpintería se viene abajo.
 Sansegundo a la derecha en La vida es sueño dirigida por Helena Pimenta. C.López
C.S.: Yo ahora estoy recordando que yo entré en El anzuelo de Fenisa haciendo una sustitución con una prueba de lectura con Pilar Miró y recuerdo perfectamente la forma de encarar el verso. Yo había hecho años antes La viuda valenciana de Lope de Vega pero cuando trabajé con ella vi en su forma de trabajar y en la de los demás directores mencionados una pelea por bajar el verso a la tierra y hacer contemporánea esa manera de hablar, una mezcla, con la que creo que conformaron un estilo con una voluntad común de que esa palabra sea comprensible para el público y eso pasa por concretar, no yéndose por los vericuetos de la poética. Recuerdo perfectamente a todos diciendo: "No no, habla, dilo, ¿qué dices en este momento?". Recuerdo que Pilar Miró siempre nos pedía que cerráramos para evitar el cantar.
Clara Sanchis en Tragicomedia de Don Duardos dirigida por Ana Zamora. Chicho
N.G.: Antes era muy de oratoria, muy de recitar y a la nueva generación de directores que vinieron les importaba más, como en todas las funciones, saber qué estás diciendo y dónde estás en cada momento.

P.: Quería pasar a otro tema. Los tres habéis formado parte del gran reparto de Isabel cuya primera temporada se ha vendido ya a más de ochenta países. Todo estaba muy cuidado y todos los actores geniales ¿Cómo ha sido el balance de la experiencia para ustedes?

C.S.: Pues ya que ha mencionado a los actores, diré que creo que algo maravilloso que hizo la productora Diagonal desde que empezó a hacer series de televisión, fue ser los primeros en llamar a actores de teatro, entre comillas. Había una clara voluntad de acceder a nosotros sin esa absurda diferencia que había creada sobre que el actor de teatro no era actor de televisión y ellos vieron que eso no era así. Eso ha permitido ver trabajos impresionantes como los de Pablo Derqui, Nuria Gallardo o Irene Escolar. Se lanzaron a un tipo de interpretación aunque fuese televisión con un cierto riesgo. Han dado un paso muy importante.
Clara Sanchis como Isabel de Portugal
N.G.: Yo creo que fue una muy buena apuesta. Tenía la sensación de ir a trabajar con placer en un medio en el que me he sentido muy cuidada y respetada por todas las personas que había a mi alrededor. Personalmente vi esa voluntad de que no tuvieses la sensación de hacer tu parte e irte sino que te cuidaban y te amparaban. También era una delicia ir encontrándote compañeros, como cuando compartí escena con Clara. Fue un placer.
Nuria Gallardo como Beatriz de Braganza
F.S.: Fue una apuesta por unos actores que no son tan habituales. En otros países es muy normal ver a actores de forma frecuente en los tres medios y se vio esa evolución en los directores. Perdieron el miedo a que saliesen las emociones de una manera distinta, a no tener que provocarlas artificialmente, sólo potenciarlas a través del plano, porque nosotros ya les dábamos ese material.
Fernando Sansegundo como Antonio Veneris
C.S.: Todo eso a pesar de la velocidad y la locura de rodaje porque también hay que decir que Isabel está hecha con un presupuesto menor de lo que parece, pero había un trabajo en los departamentos de arte y vestuario impresionantes. Recuerdo la entrada de Isabel de niña en el Alcázar que parece vista una escena grandiosa y se hizo con pocos medios, por lo que tiene aún más mérito.

N.G.: Con respecto a lo que decía Fernando, yo entro en la segunda temporada cuando todo ese mundo estaba ya creado, y había ensayos antes de rodar cada toma, por lo que  tenías la confianza de poder conversar con el director.

P.: Volviendo a Donde hay agravios no hay celos, finalizan en Sevilla la gira ¿Qué sensaciones tienen?  

C.S.: Ha sido una gira preciosa. La función está viva, nos dejamos la piel cada día y es una pena que termine pero, a su vez, es una alegría terminarla aquí. Esta función es una fiesta.

F.S.: Es muy reconfortante ver a la gente joven sorprenderse y divertirse con esta función, ha sido una sensación muy grata.

jueves, 7 de mayo de 2015

Donde hay un trabajo bien hecho hay aplausos

          CRÍTICA TEATRAL: DONDE HAY AGRAVIOS NO HAY CELOS

He querido hacer un juego de palabras con el título de la obra que vi anoche transmitiendo las reacciones propias y ajenas ante lo que se ha visto en escena. La reacción del público al finalizar la primera representación en el Teatro Lope de Vega de Sevilla de Donde hay agravios no hay celos (donde estará en cartel hasta este domingo) se ha traducido en aplausos entusiastas, y he de decir que no es para menos.

La tercera obra dirigida por Helena Pimenta en su brillante etapa al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico es un reloj suizo que funciona a la perfección para hablar de temas serios, algunos de ellos novedosos, sin dejar de hacer reír al patio de butacas.

Es de agradecer que se pongan en escena textos como esta comedia de Francisco de Rojas Zorrilla porque para un servidor y supongo que también para muchos, es un gran descubrimiento dentro de nuestro repertorio clásico y tanto la versión de Fernando Sansegundo como la dirección de Pimenta sacan todo el jugo para disfrute de los asistentes a a esa ceremonia mágica que es el teatro.

En esta función se ha apostado firmemente por mostrar toda la comicidad del texto, complementando un impecable trabajo por parte de todos los actores a la hora de decir el verso, todos sin excepción a un nivel grandioso, con un completo trabajo gestual y corporal de primer orden que incrementan las risas.

Donde hay agravios no hay celos trata temas como la suplantación voluntaria de identidades, el amor, el honor y los celos pero también pone el punto de mira, y aquí hallamos uno de los grandes hallazgos de la obra de Rojas Zorrilla y que Sansegundo ha sabido transmitir de manera directa y concisa, en la manifestación de los deseos amorosos y sexuales de las mujeres. Todo lo expuesto no sería posible llevarlo a escena sin un grupo de actores entregados absolutamente.

Jesús Noguero, David Lorente y Clara Sanchis en la función. Ceferino López
Ya que hablo de mujeres, Clara Sanchis, de gratísimo recuerdo gracias a La lengua en pedazos  de Juan Mayorga, brilla como Doña Inés mostrando tanto su lado más intelectual como sus sentimientos más profundos al verse atraída por un "criado". La contradicción de sus sentimientos con su posición social está expuesta a las claras gracias a su gran trabajo. Lo mismo puede decirse de Nuria Gallardo interpretando a Beatriz, moviéndose en el escenario maravillosamente y transmitiendo sus intereses y deseos de manera ejemplar, con un soliloquio que es toda una sorpresa y que ella va desentrañando con ligereza pero, a su vez saboreando las palabras. Tras haber visto el año pasado su ejemplar Lucrecia en La verdad sospechosa, por centrarme en sus trabajos con la CNTC que le he visto, uno no hace más que constatar (por otros trabajos vistos a las órdenes de José Carlos Plaza, Mariano Barroso o Amelia Ochandiano, sin olvidar las obras en las que fue dirigida por el maestro Miguel Narros pero que no vi) que esa niña que debutó con El pato silvestre en el mismo escenario que hoy vuelve a pisar no ha dejado de asombrar con cada trabajo realizado.

Por otro lado Natalia Millán ha sido una grata sorpresa, ya que era la primera vez que la veía sobre un escenario y su interpretación de Doña Ana de Alvarado es impecable, con esa mezcla de sentimientos encontrados, donde el amor y su honra agraviada luchan como dos púgiles en su interior.

El resto del elenco brilla con igual fuerza. Lo de David Lorente, al que recuerdo especialmente como Clarín en  La vida es sueño, la primera obra que montó Pimenta al frente de la Compañía, es, sencillamente de otra galaxia. Su interpretación de Sancho demuestra que tiene una vis cómica arrebatadora y no había vez que hiciese algún gesto o dijese algo que el pública riera a carcajada limpia. Y en lo que se refiere a Rafa Castejón, es una delicia, como al resto de sus compañeros, escucharle decir el verso y compone con Jesús Noguero (el cual no ha podido debutar mejor en la CNTC) una memorable escena final donde imperan los buenos sentimientos. Por su parte Fernando Sansegundo está genial como Don Fernando de Rojas y esa embarazosa situación al relacionar y conocer el conflicto de la obra sin poder decirlo abiertamente. Por otro lado Óscar Zafra se luce en su interpretación de Bernardo sobre todo en sus escenas con Rafa Castejón y Jesús Noguero y complementa junto a la labor de Mónica Buiza un trabajo actoral coral de primera.
Las espadas otorgan muy buenos momentos en la función. Ceferino López
La obra contiene momentos donde se demuestra la sabiduría de Helena Pimenta como directora de escena: Las escenas de lucha con la espada están muy bien ejecutadas y la escena entre Sancho y Beatriz detrás de una sábana, por lo que vemos sus sombras, es de gran belleza, y los bailes contribuyen tanto a añadir mayor comicidad a ciertos pasajes como a cerrar ciertas partes de la obra, por lo que quisiese destacar el gran trabajo de Nuria Castejón en la coreografía y el virtuosismo con el acordeón de Vadzim Yukhnevich, que acompaña a la acción en todo momento.

Además, la función comienza y termina de una de las maneras más hermosas que yo he visto sobre un escenario con los actores unidos entonando un precioso tema en total armonía potenciando el concepto de compañía de cómicos, una profesión a la que los espectadores les debemos muchos momentos memorables. Por todo lo expuesto, GRACIAS.         

miércoles, 6 de mayo de 2015

"Donde hay agravios no hay celos" finaliza su gira nacional en el Teatro Lope de Vega de Sevilla

La Compañía Nacional de Teatro Clásico ofrece una comedia de Francisco de Rojas Zorrilla con elenco de lujo


Cambios de identidades, honor, amores, conflictos internos. Todo esto y más encontrará el espectador en Donde hay agravios no hay celos, la siguiente producción dirigida por Helena Pimenta en su etapa como directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico tras La vida es sueño, de Calderón de la Barca y La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón. En esta ocasión, se trata de una comedia de Francisco de Rojas Zorrilla, autor del que la Compañía ya ha montado a lo largo de su Historia obras como Del rey abajo, ninguno y Entre bobos anda el juego.

La obra, estrenada originalmente en 1637, se verá en el Teatro Lope de Vega de Sevilla del 6 al 10 de mayo, en las que serán las últimas cinco funciones de una obra que se estrenó en la pasada edición del Festival de Almagro.

La versión corre a cargo de Fernando Sansegundo, que también forma parte del estelar reparto del montaje integrado además por Jesús Noguero, en su primer trabajo con la Compañía, Rafa Castejón, David Lorente, Clara Sanchis, Nuria Gallardo, Natalia Millán, Óscar Zafra y Mónica Buiza, además de Vadzim Yukhnevich tocando el acordeón.

La escenografía corre a cargo de Esmeralda Díaz, el vestuario es de Tatiana Hernández, Juan Gómez Cornejo se encarga de la iluminación, la selección musical es responsabilidad de Ignacio García y Nuria Castejón hace lo propio con la coreografía.

El equipo de Donde hay agravios no hay celos en Sevilla. Alejandro Reche
Durante la rueda de prensa Helena Pimenta afirmó que el trabajo en esta obra "es puro virtuosismo en el escenario. Los intérpretes están a gran altura tanto en música como con la palabra. Yo les admiro por el trabajo que han hecho porque es una comedia muy difícil. Rojas Zorrilla es un extraordinario actor cómico pero se dejó de representar cuando se empezó a comprender cierta complejidad en la estructura y en elementos como la composición de los personajes. Afortunadamente se ha retomado en el siglo XXI. Ha sido un reto excepcional porque no se trataba de hacer algo típico y superficial sino entrar en el alma profunda de la comedia donde se muestra la parte más frágil y quizás más oscura del ser humano. Es una comedia que ha producido mucha alegría en los espectadores, saliendo con una sonrisa después de ver la función".

A continuación Jesús Noguero que interpreta a Don Juan de Alvarado reafirmó  "el carácter divertido que tiene la función y todas las capas que tiene. La obra conecta muy bien con la gente joven. Creo que hemos conseguido  transmitir lo que puede suponer el teatro clásico de fiesta y diversión. En esta obra se critica el exacerbado del honor y, con el paso del tiempo, me di cuenta de que, además de eso, consigue restablecer el verdadero sentido del mismo, ya que acaba en amistad".

David Lorente, que interpreta a Sancho, el criado de Don Juan, aseveró que este espectáculo "no ha hecho más que crecer desde que se puso en pie. Se demuestra que, cuando el equipo está unido y fuerte, el hecho teatral crece".

Fernando Sansegundo, que interpreta a Don Fernando de Rojas, el padre de Doña Inés, por su parte, hizo hincapié en que "el autor escribió Donde hay agravios no hay celos con menos de treinta años. Es una comedia con una terrible vitalidad que nos recuerda que no podemos perder una segunda oportunidad, como a la que se enfrentan los personajes. Hay que vivir y descubrir la alegría de vivir pase lo que pase, no pasando por encima de las cosas, sino intentando solucionarlas. Cada día notamos de que hemos llegado al público". 

Por su parte, Clara Sanchis, que interpreta a Doña Inés de Rojas aseveró que "esta función me ha cambiado, agradezco a Helena la mezcla de exigencia y libertad que nos ha dado y quiero y admiro a cada uno de los miembros de exigencia y siento una insólita comunicación con el espectador, por los apartes que tiene la obra, por lo que hace que los personajes se mientan entre ellos y sólo dicen la verdad al público, y me resisto pensar que esta obra acaba aquí".

A continuación Rafa Castejón, en la piel de Don Lope de Ulloa en la función recordó a Natalia Millán y a Marta Poveda "quien ha hecho parte del viaje con nosotros y es un honor hacer tres obras seguidas con Helena Pimenta".

Finalmente, Nuria Gallardo, que tomó el testigo de Marta Poveda en el personaje de Beatriz, criada en la casa de la familia De Rojas, manifestó que este año he tenido "regalos haciendo, primero, La voz de nuestros clásicos, espectáculo con el que fuimos de gira por varios Institutos Cervantes de Europa y después el relevo de Marta Poveda con el personaje de Beatriz, y terminar en este escenario es una alegría". 

Las funciones de Donde hay agravios no hay celos en el Teatro Lope de Vega de Sevilla serán desde hoy hasta el sábado 9 a las 20:30 horas y el domingo 10 a las 19:30 horas. Las entradas, cuyos precios oscilan entre los 4 y los 21 euros, se pueden adquirir en las taquillas del Teatro y en en el enlace http://www.generaltickets.com/sevilla/.